Por Enrique Genovar
No hubo descanso. Tres días después Central vuelve a salir a escena. Esta vez, en el Gigante, su casa. Y los hinchas se ilusionan con poder volver a ver a su equipo sumar de a tres. ¿Será el día? Nadie lo sabe, pero está claro que el rival no viene bien y más allá de que el problema es el propio equipo de Carlos Tevez la esperanza de los canallas por reencontrarse con la victoria está intacta.
La misión para esta noche pasa por lograr que el equipo tenga una sola cara durante todo el juego y sea la mejor posible. En los últimos partidos se ha visto un Central con dos caras y siempre se impuso “la más fea”. Así pasó el viernes, lo mismo ocurrió ante Plantense, en Entre Ríos fue lo mismo y en muchos más encuentros ocurrió lo mismo. La irregularidad ha sido uno de los grandes vicios que ha tenido el Canalla a lo largo del torneo.
Hoy ya no hay expectativa de ingresar a una copa, hoy lo más importante es sumar de cara al futuro. Central va a arrancar el 2023 incómodo con los promedios y es por eso que hacer una buena cosecha de los 15 puntos es lo que se impone.
El primer paso es hoy. Para enfrentar al Tatengue, Tevez recupera a Damián Martínez, a Javier Báez y a Ignacio Malcorra; aunque no tendrá a Juan Gabriel Rodríguez. Recién el Apache confirmará el once minutos previos al arranque y, entre otras cuestiones, habrá que ver si se inclina por dos delanteros o mantiene uno solo.
Más allá de los nombres propios y del dibujo a utilizar no se puede volver a dar el lujo de regalar un tiempo. El pecado, que terminó siendo mortal, que cometió el viernes no lo puede volver a hacer. Central debe ser regular y esa regularidad ya no se exige que sea de un partido a otro, solamente se pide que sea dentro de un mismo partido.
Ganar para cortar una racha de cinco sin victorias, ganar para darle una alegría a sus castigados hinchas, ganar para alcanzar algo de paz, ganar para no sufrir mañana más de la cuenta. Ganar.