Por Enrique Genovar - CLG
Por Enrique Genovar
Central hace rato que ha perdido vitalidad de mitad de cancha hacia arriba. Recuperarla es el gran desafío que tiene el flamante cuerpo técnico que encabeza Matías Lequi. Es que más allá de que el resultado ante Boca fue injusto, al equipo se lo ve sin ideas claras a la hora de generar fútbol para luego llevar peligro al arco de enfrente.
El problema de la falta de juego que tiene el Canalla no es nuevo. Y tranquilamente se puede poner como fecha de inicio del mismo el arranque de la competencia allá por los primeros meses del año.
El poco aporte de los delanteros es una consecuencia. La causa es la escasa generación futbolística que tiene Central. Los rivales ya leyeron hace rato los movimientos de los creativos auriazules y cuando los titulares son reemplazados los del banco padecen el mismo problema. Debido a esto todo queda supeditado a una jugada individual o al poderío aéreo que tiene este plantel.
La tarea principal que ahora tiene el nuevo entrenador es la de darle juego a un equipo que no tiene.
Nadie dice que la empresa será sencilla, pero Lequi está obligado a encontrarle la vuelta a un problema crónico que tiene el equipo como es la escasa generación de fútbol que muestra partido a partido.
En las pocas semanas desde que llegó el cuerpo técnico el equipo ha evidenciado mejoras de mitad de cancha hacia atrás. Central se muestra mucho más agresivo a la hora de la marca y es un equipo muy duro de romper (más allá del segundo gol de Boca). Desde el medio hacia atrás se ve un equipo que hace bien las cosas y mucho tiene que ver la gran tarea que desarrolla el doble cinco.
Ahora la agenda le indica al DT que tendrá que poner el norte de su trabajo de mitad de cancha hacia arriba. Central necesita revitalizarse para pensar mejor en el arco de enfrente, para ser un equipo que pelee lo más arriba posible en la Liga Profesional de Fútbol.