Por Enrique Genovar
Central lo hizo. Consiguió el objetivo porque en líneas generales fue más que el rival. El Canalla se clasificó así a los cuartos de final de la competencia. Lo logró porque ratificó la sensación que había dejado el juego de ida, que había quedado mejor parado de cara a la revancha. Jugó de mayor a menor, pero así y todo no pasó zozobras ante Deportivo Táchira.
Escenario inimaginable hace algunos meses atrás. Pero el equipo del Kily logró revertir el presente que tenía y hoy mira con buenos ojos el hecho de seguir soñando a nivel internacional. No tuvo problemas para dejar en el camino a su rival. Tanto en la ida como en la vuelta el Canalla fue un justo clasificado a cuartos.
En el juego que cerró el “mata a mata” fue superior. En especial el primer tiempo, es que si el mismo terminaba en goleada nadie podía decir nada. Es que el Canalla fue amo y señor de todo lo que pasó en los primeros cuarenta y cinco; y solamente se le puede recriminar el hecho de no haber podido ser más efectivo. El rival fue timorato, o mejor dicho hizo lo que pudo.
Ya en el complemento y con el gol a favor, los del Kily sacaron el pie del acelerador. Así y todo pudo liquidarlo en los primeros minutos pero no lo hizo. Con los cambios los venezolanos sumaron gente en ataque, pero cada vez que complicaron (no mucho) encontró una gran respuesta del juvenil arquero auriazul.
Los minutos se fueron consumiendo y si bien los nervios de todo partido definitorio se hicieron presentes, en especial para darle buen destino a la pelota; Central controló las acciones y fue un justo vencedor.
Una clasificación merecida y que tiene un plus porque lo logró con nueve jugadores de inferiores, de los cuales ocho tienen menos de 23 años. Lo que vendrá será más exigente y se verá si este plantel está a la altura. Pero lo que le tocó hasta aquí lo pasó de muy buena manera, tanto en zona de grupos como en la serie de octavos.