Por Enrique Genovar
Cada vez que hay cambio de entrenador las expectativas se renuevan. Y esto sucede más allá de que, como en este caso, la variante suceda en la mitad de un torneo. Leandro Somoza hará su debut al frente del equipo en una visita de riesgo, porque si bien Tigre ascendió este año a Primera ha dado muestras que no sólo está para engrosar el promedio, sino que además busca clasificarse entre los primeros cuatro de la zona.
¿Y Central tiene chances? Sí, pero para poder lograr el objetivo que se planteó a comienzos del campeonato debe sumar de a tres en Victoria. Ganar para volver a inyectar optimismo a esa ilusión es lo que va a buscar ante Tigre, es que una derrota lo alejaría definitivamente de esa empresa.
La incógnita mayor en la previa del juego de este domingo pasa por saber qué cambiará con el nuevo entrenador. Ya desde el vamos Somoza modificó el esquema y más allá del ingreso de Báez por Almada lo más notorio es que reemplazó a Gamba por un mediocampista (Benítez). Sin embargo, el cambio más profundo que está obligado a hacer el técnico es en las formas.
El Central del Kily terminó de mala manera y casi siempre encaró los partidos de la misma forma sin importar el rival. Eso terminó haciendo que sean más tristezas que alegría y así llegó su fin de ciclo.
Este equipo no está hoy para jugar “a lo loco”. Central necesita orden, necesita tranquilizarse y por sobre todas las cosas administrar los partidos. Nadie puede dudar que estas tres cuestiones pueden atentar contra el ser protagonista.
Pueden ir de la mano. Lo importante aquí es no regalarse ante los rivales y hacerse un equipo sólido, algo que nunca consiguió con el Kily.
Se viene el debut de Somoza y con él las nuevas expectativas. Dependerá mucho de él y más de los jugadores que ponga en cancha que esas expectativas se transformen en algo palpable; ya que si no lo consigue la cosa comenzará mal desde el mismo comienzo.