Por Enrique Genovar
Por Enrique Genovar
Central está inmerso en un mundo tormentoso. Es que la salida de Carlos Tevez hizo aún más dificultoso este presente. La única buena (siendo generoso) es que la pelota no está en movimiento. A poco más de un mes para las elecciones el club se encuentra envuelto en un laberinto en el que no encuentra donde está la salida. Lo que sí hay una certeza, un club quieto hasta el 18 podría no parece como lo más aconsejable.
El portazo de Tevez fue en un pésimo momento. Es que el entrenador eligió mal cuándo salir y demostró así que pensó más en él que en el club. El Apache cerró un ciclo que solamente dejará en el libro de historia la victoria en el clásico y el triunfo en el Monumental, poco. Profundizar en lo contradictorio que fue el ahora ex entrenador sería extender demasiado esta opinión, pero sí hay que destacar que su arribo con Carlos Retegui y los refuerzos de jerarquía (promesas al momento de su llegada) nunca se dio y lo que empezó mal terminó de la misma manera.
¿Qué hacer ahora? Es la pregunta de muchos. La dirigencia tiene mandato hasta el día de las elecciones y pueden hacer actos de administración y de disposición, eso tiene que quedar claro. Pero sin dudas hay que trabajar en la parte del armado del plantel que se viene y ahí surge el gran interrogante del qué hacer. ¿Quiénes van a tomar decisiones futbolísticas? Alguien lo debe hacer, parar las decisiones hasta finales de diciembre asoma mínimamente como arriesgado pensando en el 2023.
No hay recetas mágicas. Pero ahora es tiempo de que “baje la espuma”, hoy el río está muy revuelto y se sabe que la razón hoy está detrás de las emociones y para tomar decisiones lo aconsejable es que sea al revés.
Una vez que la calma regrese, tiene que volver sí o sí, la dirigencia y la oposición tienen que tomar el camino del diálogo, del consenso. Por más que hoy parezca como una utopía eso es lo que debería pasar. La CD debe convocar o los que piensan distinto deben acercarse, el orden de los factores no debe alterar el producto. Central debe avanzar y ese avance no se debe gestionar, después del 18 el que gane las elecciones tomará sus propias decisiones pero ya habrá una base y no se deberá empezar de cero. Es una cuestión de estado, debe haber consensos en este tiempo porque el futuro está en juego.