Por Diego Añaños - CLG
Por Diego Añaños – CLG
Cuando el dólar se había calmado, y todo parecía entrar en un valle de calma, se conoció la muerte del Papa, lo que produjo una inmensa conmoción a nivel internacional. En efecto, el fallecimiento de Francisco I se llevó todas las marcas, corriendo el eje de la agenda de manera inmediata. Viviana Canosa, que persiste en su cruzada por llamar la atención de una audiencia que no la registra, se quedó con las manos vacías. También Yuyito, la entusiasta ex-novia del presidente desapareció de la escena luego de anunciar la ruptura amorosa en su programa de televisión. Su profecía no se cumplió. Jamás aparecieron los dos millones de micrófonos a la salida del canal buscando una declaración. Pero no hay dudas de que al gobierno también le vino bien la triste noticia. El martes estaba previsto que Guillermo Francos asistiera al Congreso para responder las preguntas de los legisladores sobre el caso $LIBRA, pero la muerte del Papa hizo que la sesión se pospusiera. No hay dudas de que, al menos en principio, iba a ser un momento muy incómodo para el Jefe de Gabinete. También estaban citados el ministro de Economía, Luis Caputo; el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona; y el titular de la Comisión Nacional de Valores, Roberto Silva, pero ninguno de ellos había confirmado su asistencia.
El otro acontecimiento a nivel global que captó la atención del mundo vino de los EEUU. Donald Trump, luego de elevar los aranceles a China a un mínimo de 145%, anunció se reducirán sustancialmente, pero que la baja no llegaría al 0%. El presidente norteamericano sostuvo que es optimista con respecto a la posibilidad de llegar a un acuerdo razonable con el gigante asiático: “Vamos a ser muy amables, ellos también lo serán, y veremos lo que sucede”, sostuvo en una rueda de prensa que se llevó a cabo en el Salón Oval. Las declaraciones de Trump avanzan en el mismo sentido que las de el Secretario del Tesoro. Efectivamente, Scott Bessent, durante un evento organizado por la JP Morgan el martes pasado, sostuvo que la guerra comercial con China era virtualmente “insostenible”, por lo que confiaba en que más tarde que nunca el conflicto entraría en una fase de “desescalada”. Pero el presidente no sólo comenzó una prudente retirada de las escaramuzas con China. También dio señales de que no avanzaría en su disputa con el presidente de la Reserva Federal. Desde hace un tiempo ya, Trump viene descargando artillería pesada sobre Jerome Powell que, sentado en su sillón, lo observa mientras se toma un Martini. Esta semana publicó un posteo en X donde llega a llamarlo Sr. Demasiado Tarde. Claro desde la Casa Blanca pretenden que la Fed le resuelva el problema de la recesión que parece avecinarse y no obtiene una respuesta positiva. Ahora declaró que no tiene en mente despedirlo, pero que le gustaría verlo un poco más activo. En fin, Trump está peor que Manuelita: da un pasito para adelante y dos o tres para atrás.
Hablando de Scott Bessent, durante el evento de la JP Morgan mencionado más arriba anunció que el gobierno de los EEUU tiene en carpeta ofrecerle a la Argentina una línea crédito destinada a blindar financieramente al país en caso de que una crisis externa pusiera el riesgo los fundamentos del programa económico. La línea en cuestión se denomina Fondo de Estabilización Cambiaria y estaría disponible para apoyar a la Argentina ante un shock externo, siempre y cuando el acontecimiento no fuera responsabilidad del país y el gobierno de Javier Milei no cambie el rumbo de su política económica. “He estado lidiando como muchos de ustedes en esta sala, no sé, varias décadas. Pensé que el gobierno de Macri tenía una oportunidad increíble, y era un gran admirador de Mauricio, pero pestañeó. Y tan pronto como pestañeó, el mercado vino y lo atrapó. Mi sensación es que Milei no va pestañear”, sostuvo el Secretario del Tesoro.
Paralelamente, el Fondo Monetario Internacional dejó circular la versión de que sancionarían a la Argentina en caso de no cumplir con la meta de acumulación de reservas prevista en el acuerdo. De hecho los técnicos del organismo consideran que se trata de un compromiso irrelevante. De acuerdo a lo firmado, el Banco Central, durante el primer trimestre el gobierno se comprometió a incrementar las tenencias de divisas en U$S5.000 millones. Sin embargo, y en función de las modificaciones introducidas en la política cambiaria, se hace poco probable que la autoridad monetaria consiga comprar los dólares suficientes para cumplir con el objetivo. Desde el equipo económico subrayan que lo verdaderamente importante es mantener el superávit fiscal, controlar los agregados monetarios y sostener el sistema de flotación cambiaria. Lo demás es accesorio.
La Argentina acaba de recibir un importante préstamo por parte del FMI, de alrededor de US20.000 millones. Luego, y en paralelo, tanto el Banco Interamericano de Desarrollo como el Banco Mundial, habilitaron sendas líneas de crédito por un total de aproximadamente US22.000 millones. Está claro que el dinero no llega todo junto, pero el primer desembolso fue de U$S13.500 (entre FMI y BM) y durante el primer año llegarán otros U$S3.000 del BID. Es decir, la inyección de divisas es muy importante. Por qué, entonces, el gobierno de los EEUU anuncia un blindaje extra para estabilizar eventualmente la situación y el FMI anuncia que hará la vista gorda en la primera revisión trimestral? Será que no todo está tan bien como el gobierno pretende instalar? Las obscenas declaraciones de la directora gerente del FMI, la búgara Kristalina Georgieva, presionando al pueblo argentino para que acompañe la gestión del gobierno en las elecciones de octubre es una señal de alerta. No puedo evitar recordar los ejemplos de Fernando de la Rúa y Mauricio Macri. Les confieso que por momentos es todo tan parecido que asusta.
