Opinión

Opinión: Asumió Lula: qué podría cambiar para la Argentina?


Por Diego Añaños

Por Diego Añaños

La asunción de Lula como presidente del Brasil por tercera vez generó gran expectativa. Muchos argentinos suponen que el líder brasileño volcará la balanza hacia nuestro país, y será de gran ayuda para empujar a nuestra economía que ya mostraba signos de agotamiento sobre fines de 2022. Esto es cierto, pero como todas las verdades, es cierto en parte. La figura de Lula siempre estuvo asociada a una visión política donde Sudamérica representaba una plataforma común para pensar el futuro de la región, incluso del mismo Brasil. Por otro lado, la simpatía personal y las cercanías políticas con el Frente de Todos, hacían suponer a muchos que se avecinaba un cambio de rumbo en la política exterior carioca. Sin embargo, Itamaratí no está sujeto a los vaivenes electorales, y lo que mueve la política comercial del país hermano son los intereses, y no las simpatías. Como dijo alguna vez un docente de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de nuestra Universidad, en el ecosistema de las relaciones entren países las cosas son a cara de perro. Por eso, cuando algunos se preguntaban si a Argentina le convenía que ganara Lula o Bolsonaro, no había que pensar demasiado la respuesta: lo que a Argentina realmente le conviene es que Brasil crezca.

Afortunadamente el 2022 terminó mucho mejor de lo que comenzó para el país hermano. En los primeros meses del año, la expectativa de crecimiento estaba algo por encima del 1%. A mediados de año, las proyecciones ya se habían elevado hasta un 2%. En septiembre la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía volvió a subir la expectativa a un 2,7%. Finalmente, a mediados de diciembre el Banco Central brasileño ajustó nuevamente al alza la proyección para llevarla a un 2,9%. Si bien es cierto que el tercer trimestre del año se registró una desaceleración en el crecimiento, que estuvo incluso por debajo de lo esperado, la economía brasileña se muestra robusta, y ya está funcionando por encima de los niveles pre pandemia.

Alberto Fernández, que asistió a la asunción, aprovechó para mantener una reunión bilateral con Lula. Al final de la misma aseguró que es un compromiso de ambos mandatarios volver a poner en marcha el vínculo. Seguramente el presidente se refiere al vínculo personal, incluso podemos aventurar que se refiere también al vínculo político. Pero bajo ningún punto de vista se refiere al vínculo económico-comercial. De hecho, un informe reciente de la Cámara Argentina de Comercio, destaca que el comercio bilateral entre ambos países finalizará el 2022 con el registro más elevado de los últimos diez años, superando la marca de 2014. Para magnificar la fortaleza de las relaciones comerciales, podemos decir que en los primeros once meses del año, el intercambio comercial ya había superado en más de un 20% contabilizado en el mismo período del año pasado. Sin dudas se trata de una balanza que ha sido históricamente deficitaria para la Argentina, fundamentalmente por el carácter estratégico que tienen las importaciones brasileñas para nuestra estructura productiva. Pero no debemos perder de vista que Brasil es nuestro principal socio comercial, y el principal destino de nuestras exportaciones, por lo que el nivel de actividad de la economía local depende en gran medida del desempeño de la economía brasileña. Por eso, es probable que Alberto consiga reforzar algunos vínculos políticos marginales, pero la relación económico-comercial con Brasil pasa por un excelente momento, y en estas cuestiones poco suele importar el color del partido que gobierna.

Fue Daniel Scioli el que aclaró los dichos del presidente Alberto Fernández cuando anunció que se está trabajando junto con el gobierno brasileño para alcanzar un gran acuerdo bilateral, luego de la reunión que mantuvo con el flamante ministro de Economía, Fernando Haddad y el canciller Mauro Vieira. De acuerdo a lo afirmado por el embajador argentino, se buscará incluir ejes como el financiamiento del gasoducto Néstor Kirchner, así como también la configuración de un sistema de pagos utilizando las monedas locales, para facilitar las operaciones comerciales y bajar los costos de conversión de pesos y reales al dólar. El Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (el Banades), ya se encuentra trabajando en el diseño de un esquema de financiamiento de los insumos que se exportan a la Argentina para la construcción del gasoducto. Como contrapartida, el país hermano recibirá gas argentino a un costo inferior al que actualmente se exporta desde Bolivia. Los funcionarios de las cancillerías de ambos países están trabajando a marcha forzada para asegurar que el convenio pueda firmarse durante la visita oficial de Lula a la Argentina, que comenzará el 23 de este mes, en el marco de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que tendrá lugar en Buenos Aires.