Especialistas del Centro Perinatal de la Universidad de Pediatría de San Petersburgo (Rusia) llevaron a cabo este 14 de enero una operación única que ayudó a un bebé a ver la luz y salvó la vida de su madre, que sufría de un tumor cervical maligno.
El diagnóstico previo de la mujer, de 34 años, implica por lo general una contraindicación absoluta para el embarazo, ya que la gestación acelera el desarrollo del tumor y su extirpación provoca un sangrado que amenazaría la vida de la gestante. A pesar de los riesgos, la paciente y sus médicos decidieron prolongar el embarazo el mayor tiempo posible y luego usar un método único de oclusión de aorta con un balón, patentado por esa Universidad Pediátrica, para realizar simultáneamente dos operaciones.
La operación —en la que participaron tres ginecólogos-obstetras, tres ginecólogos-oncólogos, tres anestesiólogos, un cirujano vascular, un neonatólogo, dos enfermeras instrumentistas, dos enfermeras anestesiólogas y varios sanitaristas— se realizó en dos etapas y duró más de cuatro horas. La tarea de la primera etapa era realizar una cesárea con pérdida mínima de sangre. Luego los oncólogos comenzaron la siguiente etapa de la operación y extirparon el tumor.
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El procedimiento se llevó a cabo, según lo describen los especialistas, en «útero seco»: se insertó un catéter a través de la arteria femoral hasta la aorta y, después de extraer el feto, se infló un balón que detuvo completamente el flujo sanguíneo en la aorta. Gracias a esta metodología, la pérdida de la sangre se minimizó.
El bebé, de 2.700 gramos, nació en la 36ª semana de gestación y con buen estado de salud. En cuanto a la madre, que de momento sigue en recuperación, estará incluso en capacidad –si lo quiere en el futuro– de dar a luz a otro bebé, aseguran los médicos.