El barco humanitario «Open Arms» rechazó este domingo por «inviable» llevar a un puerto español al centenar de migrantes a bordo desde hace más de dos semanas, tal y como ofreciera Madrid, que fustigó a Italia por cerrarle sus puertos.
Ante «la inconcebible respuesta de las autoridades italianas (…) de cerrar todos sus puertos», el gobierno español anunció este domingo que habilitaría el puerto de Algeciras, al sur de la peninsula iberica, para recibir al «Open Arms».
España se propone recibir un barco humanitario con cientos de migrantes
Pero poco después la ONG española Proactiva Open Arms declinó la propuesta, afirmando que es «absolutamente inviable» navegar hasta Algeciras desde su ubicación actual, cerca de la isla italiana de Lampedusa, debido a la «emergencia humanitaria» a bordo, según indicó su portavoz Laura Lanuza.
«¿Quiere que naveguemos 950 millas, unos 5 días más, a Algeciras, el puerto más lejano del Mediterraneo, con una situación insostenible a bordo?», se preguntó en Twitter el fundador de la ONG, Óscar Camps, quien recordó que los migrantes llevan 17 días en el barco.
Madrid había reconocido que los puertos españoles no eran «ni los más cercanos ni los más seguros», pero alegó en un comunicado de la presidencia que «en estos momentos, España es el único país dispuesto a acogerlo en el marco de una solución europea».
En paralelo, el gobierno español de Pedro Sánchez (PSOE) insistió en otro comunicado, de su ministerio de Exteriores, en llamar «a todas las autoridades gubernativas italianas para que autoricen [el] desembarco» de los migrantes.
El texto garantizó a Roma que, «en cuanto el desembarco tenga lugar, se producirá el reparto» de los 107 migrantes entre los países dispuestos a hacerse cargo. Estos son Francia -quien este domingo se declaró dispuesto a recibir a 40-, Alemania, Luxemburgo, Portugal, Rumania y España.
Por otra parte, afirmó que el gobierno español estudia «la posibilidad de actuar ante la Unión Europea (UE) o ante las instituciones garantes de los derechos humanos y del derecho marítimo internacional» ante la actitud de Italia.
Desesperación
Pese a haber entrado en aguas territoriales italianas cerca de Lampedusa luego de que la justicia italiana suspendiera un decreto que se lo impedía, el «Open Arms» no ha recibido autorización para desembarcar del gobierno de Roma y su ministro del Interior, Matteo Salvini, de ultraderecha.
Salvini permitió con reticencias la evacuación el sábado de 27 menores migrantes del «Open Arms», anclado desde el jueves a pocos centenares de metros de Lampedusa.
Este domingo, Salvini criticó la oferta española. «Increíble e inaceptable, ¿organizan cruceros turísticos y deciden dónde desembarcar?», tuiteó.
Proactiva Open Arms insistió este domingo en la «desesperación» de los migrantes a bordo, en un tuit de Óscar Camps, que publicó un video en el que se ve, según señaló, a un grupo de cuatro migrantes que se lanzaron al agua para llegar a nado a Lampedusa y fueron devueltos al barco por socorristas.
Éste es el enésimo caso de una embarcación humanitaria a la deriva en el Mediterráneo a la espera de que el gobierno italiano autorice el desembarco, aunque esta vez se ha mezclado la crisis política que se vive en Italia, donde se frustró una moción de censura de Salvini que buscaba dinamitar el gobierno.
España defiende récord
El gobierno de Pedro Sánchez, que a su llegada al poder en junio de 2018 acogió a varios barcos humanitarios aunque en los últimos meses había virado su política sin permitir más atracos de estos buques, defendió este domingo su récord.
«España es hoy con gran diferencia el país de la Unión Europea que más rescates realiza en el Mediterráneo», indicó en un comunicado afirmando que sus guardacostas recuperaron a más de 60.000 personas entre 2018 y 2019.
Mientras tanto, otro barco humanitario, «Ocean Viking», operado por SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras (MSF), también sigue buscando un puerto seguro con más de 350 migrantes a bordo.
«Por el momento, el estado de ánimo es bueno», indicó el coordinador de la misión de MSF, Jay Berger, a una periodista de AFP a bordo. Pero «no es bueno para nadie» estar mucho tiempo navegando sin desembarcar, apuntó.