La comunidad internacional afronta ahora más riesgo asociado al uso de armas nucleares que en cualquier momento después de que terminara la Segunda Guerra Mundial, afirmó ayer durante una entrevista con Reuters Renata Dwan, directora del Instituto de las Naciones Unidas de Investigación sobre el Desarme (UNIDIR, por sus siglas en inglés), según publicó el portal RT.
El instituto de investigación UNIDIR, creado en el 1980 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, se ocupa de las cuestiones de la seguridad internacional y contribuye a los esfuerzos para el desarme.
«Creo que es realmente un llamado a reconocer —y esto ha estado perdido en cierta medida en la cobertura mediática— que los riesgos de una guerra nuclear son especialmente altos ahora y los riesgos del uso de armas nucleares […] son mayores ahora que en cualquier momento desde la Segunda Guerra Mundial», precisó Dwan.
Las causas de la amenaza
Entre las causas de este riesgo, la experta mencionó la competición «estratégica» entre EE.UU. y China, la modernización de programas nucleares por los Estados que poseen este tipo de armamento, la creación de «nuevas tecnologías que borraron la línea entre la ofensiva y defensa», así como las actividades de grupos armados y las fuerzas no estatales. Debido a dichos factores, las tradicionales medidas para el control de armas «se están erosionando», subrayó Dwan. En ese contexto, precisó la importancia de tomar medidas para disuadir la proliferación de armas nucleares.
«Cómo pensamos en eso, y cómo actuamos sobre ese riesgo y la gestión de ese riesgo me parece bastante significativo y una cuestión urgente que no se refleja plenamente en el Consejo de Seguridad [de la ONU]», explicó.
EE.UU. se deslindó en febrero de sus obligaciones contraídas con el Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés), uno de los cimientos del moderno régimen de supervisión y control para la no proliferación de armas nucleares. Al anunciar en otoño su decisión de abandonar el acuerdo, el presidente Donald Trump amenazó con reforzar el arsenal atómico de su país, al tiempo que acusó a Rusia de violar el pacto.
En respuesta, Moscú también suspendió su participación en el tratado y exigió que EE.UU. presente pruebas sobre la presunta violación rusa de las condiciones de ese acuerdo. Asimismo, el Ministerio ruso de Exteriores advirtió en marzo a Washington de «las más graves consecuencias» que para la seguridad y estabilidad global supondrá su retirada del Tratado INF, aseguró, abrirá la posibilidad de que comience «una carrera armamentista en varias regiones del mundo», amenazando seriamente los esfuerzos mundiales para lograr un desarme nuclear.