Por José Odisio
Cerró el libro de pases. A Newell’s le levantó la estima la llegada de Maxi y al final, con Ribair e Insaurralde completó la casillas de pedidos de Bidoglio. Faltó el colombiano Roa, con él hubiera sido un mercado más que interesante. Pero con el cupo de extranjeros cubierto, el DT deberá conformarse.
Ahora hay que jugar. Si es posible lo más parecido a lo mostrado ante Boca. Acrecentar la propuesta de Bidoglio, plasmarla más minutos en cancha, seguramente arrojará buenos resultados. Aunque en el fútbol garantizar algo de antemano es una locura.
Newell’s tiene objetivos. A corto plazo. Y van más allá del juego, aunque es cierto que será más fácil que los cumpla si en cancha hay una idea y un buen rendimiento. Lo más cercano es el Clásico. Partido siempre necesario para lograr impulso anímico. Hay obligación, por localía y por el fatídico resultado en Cooa Argentina. Ganar sería un paso grande, y le daría a Bidoglio un cheque en blanco para el resto del torneo.
Otra meta es sumar puntos, lo más que se pueda. Newell’s necesita al menos tener una efectividad del 50 por ciento para arriba. Caso contrario, la temporada próxima lo tendrá arrancando en el fondo de la tabla de promedios.
También está la chance de entrar a la Sudamericana. No está lejos, pero este logro va de la mano de sumar. Será una consecuencia de engrosar el promedio, una buena yapa que servirá como incentivo.