El médico Diego Duarte dio detalles de cómo recibió el cuerpo en la morgue y certificó que el joven presentaba "lesiones incompatibles con la vida"
El médico forense que realizó la autopsia al cuerpo de Fernando Báez Sosa dijo hoy que «nunca» vio «algo semejante», al referirse al estado de la víctima cuando llegó a la morgue, al tiempo que certificó que el joven presentaba «lesiones incompatibles con la vida».
Tras brindar su testimonio ante el Tribunal Oral Criminal 1 de Dolores que juzga a ocho rugbiers por el homicidio agravado del estudiante de abogacía de 18 años, el forense Diego Duarte precisó a la prensa el contenido de su declaración.
«Nunca vi algo semejante», expresó el testigo, que luego con la voz quebrada agregó: «El paciente sufrió daño en todo el sistema nervioso central, tanto cerebro, cerebelo, tronco cerebral, no hay una lesión única, son múltiples… la verdad que es muy fuerte siendo padre…».
Duarte detalló que Fernando presentaba «lesiones incompatibles con la vida, muchas lesiones en el sistema nervioso central» y agregó que cree que «no hubiera tenido posibilidades de salvarse».
Además, el médico forense afirmó que el cuadro con el que se encontró fue el de una «visible saña sobre el cuerpo, con múltiples lesiones».
«Fueron traumatismos multi causales, donde hay lesiones de varios órganos, entonces es una sumatoria de todo. Pero por mas que tenga lesiones aisladas, tanto en el hígado como en el pulmón, lo mas importante es el sistema nervioso», continuó.
«Las marcas que observamos nosotros son muy evidentes y compatibles con la figura que fue imprimida por una zapatilla», respondió Duarte cuando le consultaron sobre una huella que pudieron reconocer en el cuerpo de la víctima.
Además aseguró que él y su equipo le hicieron un «reconocimiento» a algunos de los imputados y que estos presentaban «marcas compatibles con haber golpeado».
Por último, el profesional señaló que un «shock neurogénico» -lo que le ocasionaron a Fernando- significa que el cerebro «sufre un daño importante donde deja de funcionar, por irrigación, por vascularización, por sangrado, entonces no tiene los nutrientes suficientes para continuar con la vida» y agregó que «para tener un traumatismo cerrado de cráneo y con esas lesiones dentro del mismo, sin haber una fractura, tendrían que ser golpes «muy fuertes»
«Creo que el sufre un traumatismo tipo ‘knock out’ y luego no tiene posibilidades de defenderse y, a mi criterio y por lo que veo, creo que fue lo que pasó, algunas heridas pueden ser post mortem», concluyó.
Antes, al declarar frente al tribunal de Dolores, Duarte había precisado que en la autposia detectó» en el cuerpo de la víctima «una lesión cerebral aguda», que produjo la «muerte instantánea en el paciente».
«Las lesiones más importantes están en el cerebro y la cara», explicó, y aseguró que además tenía un «desgarro hepático», y que un informe complementario determinó que existían además otras lesiones en un pulmón.
Agregó que «las partes más afectadas» en el tronco cerebral «son las que albergan las funciones vitales del organismo», y que sufrió «golpes multidireccionales» y «suficientes» como para «dañar el cerebro contra la pared ósea».
Respecto de la impronta que la víctima presentaba en la cara, precisó que se correspondía con un «golpe directo con muy alta energía».