Por Ariana Operti
Carlos Vitta es contador público y se desempeña como docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario. Apasionado por la disciplina filosófica de la ética, dialogó con CLG y aportó una visión distinta sobre la sociedad, a la cual considera dominada por el sistema, y consideró que la solución es que cada uno sea «feliz en su mundo».
Según el maestro, ese sistema mundial, a nivel político, económico y social, que «esclaviza a las personas«, es manejado por los grandes «poderes internacionales» y consume a la sociedad de acuerdo a los beneficios que persigue. «Es algo mundial que baja sus prácticas a los países», explicó.
«La concentración de poder económico llevó a que crezca; si 10 familias tienen el 90% de la riqueza del mundo, buscan mantener ese sistema porque les conviene», agregó.
A su vez, Vitta enunció lo que produce en Argentina: «Nos hemos endeudado, vendimos nuestras riquezas, nos peleamos entre nosotros, no controlamos lo que debemos, y no nos preocupa eso. Discutimos pavadas (sic), cosas secundarias y el problema creo que es otro: nos están enajenando y convirtiendo en robots. El sistema premia si, de acuerdo al mismo, tuvo buen cumplimiento y lo va a castigar si no lo tuvo«.
«Si uno camina por la calle, va a ver que los ojos de la gente están dormidos. A las 8 de la mañana ya están cansados, vencidos»
«Eso, en mi profesión lo estamos empezando a observar. La Afip lo está implementando. Si usted es buen contribuyente le da determinados beneficios. Es como un capítulo de la serie Black Mirror, donde uno evalúa a la gente y en función del puntaje, se obtienen ventajas o no», comparó.
La realidad de la sociedad es algo que preocupa al contador. El control que ejerce ese sistema sobre las personas, no sólo lo asombra sino que lo «asusta».
«En algunas partes de Europa se usa un chip, supuestamente para verificar la presión arterial y controlan a la gente en realidad. Pasamos de un control humano a uno por videocámara y hoy se meten en nuestro cuerpo. Eso es lo que más me asusta. Y no reaccionamos, dormimos«, esgrimió.
«¿Cuándo vivimos? Los fines de semana. Tenemos que viajar continuamente porque estamos agobiados. Vivimos el oficio sin vocación«, manifestó preocupado Carlos.
Otros de los espacios que Vitta consideró como «consumidos» por el sistema es la universidad. «Se rompió el concepto real y cada vez vamos más a las partes. Tenemos instituciones y carreras de hace 80 años, en un mundo que nos acelera y no las cambiamos», remarcó.
«Cuando salimos nos unifican, y de esa forma es más fácil manejarnos«, añadió el contador.
Sin embargo, hay algo que consuela al profesional y es que, mucha gente «cae del sistema y no le preocupa. Nota la realidad y despierta» y eso es lo que le da esperanzas y según él, producirá un cambio.
«El despertar es ser feliz en su mundo. No sólo los fines de semana o cuando viajo, intentar ser feliz las 24 horas del día, disfrutando su trabajo, su familia», explicó y citó al economista británico Jonh Keyness para justificar su teoría: «En el largo plazo estaremos todos muertos«.
Para Vitta, la persona que reacciona contagia a otra y de esa forma, «por resonancia», el sistema «va a caer». «El sistema no puede manejar más a quien despierta», aseguró.