Rosario vivió este miércoles una noche mágica, una apuesta por la cultura y la identidad local destinada a recuperar el valor histórico y patrimonial de cuatro espacios emblemáticos de la ciudad
Los candelabros se encendieron y las alfombras se desplegaron para recibir a miles de rosarinas y rosarinos que este miércoles 10 de abril se dieron cita en el Teatro La Comedia, la sala Mateo Booz, el Teatro El Círculo y el Teatro Astengo.
Ver esa cantidad de gente un día de semana no es algo habitual. Muchos se reservaron especialmente para visitar aquellos lugares que, de otra manera, no se pueden recorrer a fondo dada la urgencia de poner el foco en algún espectáculo o la rutina diaria.
Historias de amor y desamor, recuerdos de infancia, encuentros con amigos, son algunas de las anécdotas que se construyen en las veredas de los teatros casi como un paralelismo entre el adentro y el afuera, pero al mismo tiempo, una fusión entre vidas compartidas que ocurren en diferentes escenarios.
El secretario de Cultura y Educación, Federico Valentini, subrayó que la jornada fue una oportunidad para conocer los teatros, su historia y arquitectura, y también para acercar a la ciudadanía el gran talento de actores y actrices de la ciudad y celebró la gran convocatoria que signó la propuesta: “Estamos muy contentos. Desde temprano no para de ingresar gente”.
La jornada de ayer marcó un rumbo. La iniciativa demostró que existe un gran interés por parte del público en conocer la historia de los teatros de Rosario, que es, nada más ni nada menos, que su propia historia.
Ecos del pasado, presente y futuro
El Teatro Municipal La Comedia, en el marco de su 130º aniversario, presentó ‘Pasaje a La Comedia’, una obra de teatro en postas que recorrió la historia de la sala en pie más antigua de Rosario. El público pudo disfrutar de un viaje al pasado, reviviendo los momentos más importantes del teatro a través de diferentes escenas y personajes. Al finalizar, se presentó ‘Bajo Terapia’, una comedia que aborda las complejidades de las relaciones humanas.
Silvia, una de las personas presentes desde temprano, explicó que no se puede amar lo que no se conoce y que por ese motivo decidió sacar su entrada y aprovechar la jornada: “A este teatro lo conozco de vista, he venido a ver muchas funciones pero su historia no la conozco a fondo, por eso me llamó mucho la atención esta propuesta y sobre todo que sea contada por gente joven. Dicen que las voces quedan y me imagino eso, que los relatos de todos aquellos que pasaron por acá todavía nos hablan».
Valeria estudia en Rosario y es la primera vez que pisa un espacio cultural de la ciudad. “Estoy muy emocionada con la propuesta, con lo que me voy a encontrar. Nunca había venido a un teatro y gracias a esta oportunidad puedo conocerlo”, expresó.
María y Amanda llegaron primeras. Esperan en el hall de ingreso, sentadas en un banco cuyo respaldo se apoya en una de las paredes. Desde allí observan cada movimiento, hablan entre ellas, aunque son de pocas palabras cuando las entrevistan. Quizás su impronta se conecta con la de Silvia, y en su silencio contemplativo llegan los ecos de los que no están pero permanecen.
Un recorrido al infinito
La fila para ingresar al Teatro El Círculo abrazaba casi toda la manzana. Las calles Laprida, Mendoza, Buenos Aires y parte de 3 de Febrero estaban colmadas de personas que querían conocer este espacio. Algunas por primera vez, y otras porque querían volver a saborear la experiencia de transitar cada uno de los corredores de este espacio cultural que no solo es orgullo local sino que también fue elogiado por innumerables artistas y compañías internacionales por acústica y valor histórico.
Las visitas guiadas por la historia del teatro se repitieron cada media hora con un gran número de asistentes. Por este motivo, también debió acortarse el tiempo de permanencia para que todos los presentes pudieran ingresar. Los pasos se sincronizaban con las voces de los ensayos de la ópera ‘La Boheme’, una de las obras más populares de Giacomo Puccini.
“Una sola mirada no alcanza”, decreta Norma al ver por primera vez el foyer. Se detiene por un segundo, el tiempo que le permite la recorrida para observar cada detalle arquitectónico y llevarse esa sensación grabada en la retina.
Espectáculos para todos los públicos
El Teatro Astengo ofreció una función de ‘Las Viejas’, una obra de teatro que explora la amistad y la vejez. La postal se vuelve a repetir: una fila numerosa que se extiende por calle Mitre y dobla hacia Córdoba. En los recovecos intercalados de personas se cuelan comentarios llenos de expectativas.
Martín busca a sus amigas, ellas llegaron más temprano para guardar un lugar mientras él sale del trabajo y llega justo a tiempo para poder ver la obra: “Vine corriendo, no quería perderme esta oportunidad. Hace tiempo dijimos de ver Las Viejas y por uno u otro motivo no pudimos concretarlo hasta hoy. Nos enteramos por las redes y no dudamos en ponernos de acuerdo y venir”, explicó mientras se iba acomodando en su asiento.
En paralelo y a pocas cuadras del resto de los teatros, la sala Mateo Booz se vistió de gala y abrió sus puertas de par en par hacia calle San Lorenzo. Allí se presentó ‘Alto Impacto’, un espectáculo de danza a cargo de Quimera Ballet. En este espacio, el público también dijo presente y llenó la sala. Familias, padres y madres con sus hijos, grupos de amigos, asistieron a esta función única.
Hay algo del antes y el después que queda registrado en los rostros. El semblante se llena de satisfacción al finalizar cada función, por motivos que muchas y muchos pueden expresar en palabras: “por hacer accesible el teatro a personas que no tienen la posibilidad de poder pagar una obra”, “por conocer lugares que de otra forma no se hubiera podido”, “por mantener el ritual de ir a ver un espectáculo y el deseo de poder asistir a otros”.
Así como lo manifestó la gente, la Noche de los Teatros Históricos es la posibilidad de disfrutar del teatro de una forma diferente, recorriendo cada detalle de estos espacios emblemáticos y abriendo todos los sentidos. Una forma de celebrar el arte escénico, revitalizar el patrimonio histórico de Rosario y conectar con la historia de la ciudad.