El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, admitió que no es el más preparado para ocupar el cargo, pero dijo creer que «Dios capacita a los elegidos», en un discurso que pronunció durante un culto en un templo evangelista de Río de Janeiro.
«Tengo la seguridad de que no soy el más capacitado, pero Dios capacita a los elegidos», dijo Bolsonaro al lado del pastor de la extrema derecha evangélica Silas Malafaia,
Fue en el barrio de Penha, en la sede de la Asamblea de Dios que dirige el pastor Malafaia, famoso por sus videos violentos y con insultos a opositores.
Ante cientos de fieles que le gritaban «mito» y «gloria a Dios», Bolsonaro agradeció «el milagro» de haber sobrevivido al atentado con un cuchillo sufrido el 6 de septiembre en Minas Gerais, que lo dejó hospitalizado 23 días durante la campaña.
Malafaia, por su parte, defendió al Estado de Israel y una posible cooperación mayor futura con Brasil para que esa región, bastión del Partido de los Trabajadores, «olvide» al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción.
«Podemos rescatar el nordeste de la sequía, con la tecnología que nos puede dar Israel y convertir la región en un centro agrícola mundial. Porque los corruptos le dieron limosnas a los nordestinos. Bolsonaro con Israel va a cambiar la historia del nordeste», dijo Malafaia, quien hizo campaña entre los fieles para el ultraderechista electo el domingo.
Los evangélicos de Río de Janeiro fueron clave para el triunfo de Bolsonaro el domingo frente a Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores.
Según las encuestas previas al pleito, el 70% de los brasileños evangélicos activos respaldaron a Bolsonaro, del Partido Social Cristiano.