Opinión

No somos raros, nuestras enfermedades son raras


Las enfermedades raras o poco frecuentes son aquellas que afectan a una menor cantidad de personas y eso genera que sean poco investigadas

Por Daniela Aza, licenciada en Comunicación y speaker motivacional de la inclusión, nació con artrogriposis múltiple congénita, una condición que genera contracturas en las articulaciones.

Las enfermedades raras o poco frecuentes son aquellas que afectan a una menor cantidad de personas y eso genera que sean poco investigadas. Según registros, hay más de 8.000 enfermedades poco frecuentes. Se llaman también enfermedades huérfanas y pueden ser genéticas, crónicas y, gran parte de ellas, están vinculadas a la discapacidad por las consecuencias que pueden generar en las personas que la afrontan si no existe un diagnóstico y tratamiento temprano y certero.

Curiosamente el Día de las Enfermedades Raras se conmemora en un día raro: el último día del mes de febrero, que es el 29 de febrero y aparece cada 4 años. Mientras que los años no bisiestos lo hacemos el 28 de ese mes.

Mi caso es ejemplo de una condición rara, artrogriposis múltiple congénita, que se supo atender a tiempo a pesar de las grandes dificultades y falta de información que había hace 36 años. Sin embargo, fue muy difícil arribar a un diagnóstico y tratamiento claro e incluso lo primero que se dijo es que no iba a poder caminar.

La artrogriposis múltiple congénita es una condición rara congénita (presente al nacer) que se caracteriza por la presencia de contracturas que generan rigidez y debilidad muscular. Etimológicamente, «artro» viene de articulaciones, «gri» de curvadas y «múltiple» por su incidencia en 2 o más articulaciones. Afecta a 1 de cada 3000 personas.

Hoy es más conocida pero, aún falta conocimiento e información sobre las características de los más de 400 tipos de artrogriposis que existen, así como investigación sobre causas y consecuencias. Todavía se encuentran ámbitos donde la artrogriposis no se conoce o no se la trata adecuadamente. Esto genera un contexto desfavorable y adverso para el crecimiento, desarrollo y desenvolvimiento de niños y niñas que son criados desde el desconocimiento e ignorancia.

Su investigación debe ser promovida desde las organizaciones, los medios de comunicación y del Estado, el cual debe garantizar su registro, difusión y tratamiento. No somos raros, nuestras enfermedades son raras. La mayoría de estas condiciones requieren de tratamientos complejos y costosos, por lo que es importante generar los mecanismos para que todos puedan acceder a medicamentos, apoyos, intervenciones.

Generar conciencia sobre las condiciones raras resulta fundamental para conocer su existencia y fomentar su investigación. Afortunadamente, hoy existen muchos canales para hacerlo, entre ellos, las redes sociales. En mi camino en las redes, hay mucha gente que conoció a la Artrogriposis a partir de mi historia. Esto demuestra que tienen poder para llevar información y divulgar conocimiento así como unir personas con diagnósticos similares.

La conciencia e información, políticas que tiendan puentes entre una persona con cierta condición y su tratamiento, generación de redes entre especialistas; parecen ser algunas de las salidas hacia una perspectiva que tienda a pensar a las enfermedades raras desde la diversidad y no como una mera anomalía o falla de la persona.