Por Alberto Botto *
Otra vez el marketing usado como eje de programas de gobierno que no son tales, sino una desteñida copia de lo que deberían ser serias y responsables políticas de Estado. En este caso se trata de la promocionada Feria del Empleo Joven. La fotografía tomada por la reportera gráfica del diario La Capital, Silvina Salinas, en la que se muestra una larga fila de jóvenes presentándose con la ilusión, con el sueño, de conseguir un empleo, es una concreta muestra de cuál es la situación en el país para una importante porción de la sociedad.
El problema, es que no hicieron cola estos chicos solo para inscribirse a un empleo, sino para que los orienten cómo realizar un curriculum para pedir trabajo en un país en el que no hay trabajo y sí despidos.
El panorama en materia laboral en Argentina es desolador. Y lo es porque no hay políticas de Estado que promuevan las fuente de empleo. Al contrario, guste o no guste, las políticas apuntan a que la pequeña y mediana empresa y los comercios zozobren y que los salarios estén por el piso y se multipliquen los despidos.
¿Cómo es posible que sabiendo que la inflación tiene una proyección superior al 22 por ciento anual real (febrero superó el 2,4 por ciento) se impulse desde el gobierno un 15 por ciento como techo para las paritarias ¿Esto es acaso propiciar el empleo digno? Y, por otra parte, ¿dónde queda la libertad económica, el libre mercado, que sustenta el gobierno liberal? Libertad para unos sí, pero para los trabajadores no. Libertad para las importaciones a costa de la industria nacional, libertad para remarcar precios, pero para salarios nada de libertad, solo techo.
Mientras estos jóvenes realizaban, esperanzados, largas colas en esta “Feria” del empleo, el lector de esta opinión debe saber que en el Ministerio de Trabajo de la provincia de Santa Fe trabajadores despedidos de diversas empresas santafesinas reclamaban angustiados justicia y un destino para sus hijos. Mientras estos chicos de la “Feria” eran tapados por el marketing, empleados bancarios y otros trabajadores que acudieron solidariamente protestaban frente al Banco de Galicia porque se teme por 140 puestos de trabajos en el Banco Finansur, cuya propiedad le pertenece a Galicia. Esta es la realidad del país.
Una economía interna paralizada, nada de inversiones, inflación. Pero mucho marketing, eso sí.
El trabajo no se consigue en “Ferias”, el trabajo se consigue cuando hay auténticas inversiones productivas y no inversiones para la bicicleta financiera como ocurre actualmente en Argentina. El trabajo se consigue cuando hay políticas serias para promoverlo con salarios dignos.
La Feria no es más que un recurso publicitario para mostrar que algo se hace cuando en la realidad se hace todo lo contrario a lo que requieren los planes para la instauración de empleo. Puro marketing que entristece e indigna a las almas solidarias como la de esa señora que al ver la cola exclamó para sí (aunque la escucharon varios a su alrededor): “no se puede hacer publicidad con el destino de las personas”.
¿Cuántos de estos chicos que hicieron ilusionados largas colas en la Feria serán convocados a un empleo? ¿Por cuánto tiempo serán empleados? ¿Qué salarios se les abonará?
Desde luego que habrá quienes aún después de más de dos años de gestión neoliberal le echen la culpa del desastre existente al gobierno pasado. Es curioso, porque mientras se acercan las nuevas elecciones y la señora Carrió corre el velo de la campaña diciendo que apoya la reelección de Macri, es decir cuando ya se aplaude el advenimiento de un nuevo ciclo, aun ni siquiera se ha logrado encontrar el inicio del camino (el inicio, no el camino) que nos lleve a un destino mejor como sociedad. Por supuesto que el gobierno anterior tuvo errores, pero por supuesto también que la historia argentina nos hace ver que el discurso de los “nuevos” (entre comillas) es recurrente: “la culpa la tiene el que se fue”. Se van los gobierno en esta Patria desfalleciente sin hacer nada o tras haber hecho desastres, pero la culpa la tuvo siempre el precedente.
Los trabajadores argentinos, la clase media que sustenta históricamente con su esfuerzo a esta Nación, de ningún modo desean el fracaso del gobierno, pero sí que se corrija el rumbo, que se convoque a los mejores, provengan de donde provengan, a una gran pacto de gobernabilidad y diseño de polìticas de Estado para el bien de todos y no para el bien de los poderes foráneos. Políticas serias y no marketing, porque como dijo la señora: “No se puede hacer publicidad encubierta con el destino de las personas”.
*Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza fe Rosario y titular del Movimiento Sindical Rosarino