Juan Ramos, referente de la Sociedad de Carniceros de Rosario, detalló que los precios al consumidor final han tenido “incrementos mínimos” desde abril. El precio actual de la carne ronda los 9 mil pesos por kilo, aunque debería estar por encima de los 10 mil pesos
A pesar de los esfuerzos del gobierno nacional por generar una sensación de recuperación económica, la realidad en las góndolas y comercios revela una situación más preocupante. La baja en el consumo está golpeando duramente a todos los sectores, con los carniceros de Rosario advirtiendo una caída en sus ventas de aproximadamente un 20% durante lo que va del año.
Juan Ramos, referente de la Sociedad de Carniceros de Rosario, detalló que los precios al consumidor final han tenido “incrementos mínimos” desde abril, con un aumento estimado del 4% debido a los costos asociados como fletes, faena y la entrada de hacienda. Sin embargo, Ramos no descartó la posibilidad de retrotraer este porcentaje en caso de una normalización en el ingreso de hacienda.
A pesar de estos aumentos moderados, el consumo ha disminuido significativamente. Según Ramos, “se produce un espasmo: cuando empieza el mes se vende, pero va decayendo a medida que pasan los días”. El precio actual de la carne ronda los 9 mil pesos por kilo, aunque debería estar por encima de los 10 mil pesos. No obstante, el referente carnicero afirmó que los aumentos en costos y salarios no se han trasladado completamente al mostrador debido a la complicada situación de ventas.
Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), se reporta que durante julio de 2024, la caída en la demanda alcanzó entre un 30% y un 40% debido a la disminución del poder adquisitivo y la falta de convalidación de precios por parte de los consumidores. La situación ha llevado a mayoristas y minoristas a resignar parte de su renta, en un contexto de fuerte incremento de costos en insumos dolarizados, transporte, logística, arrendamientos, combustibles y salarios.
La crisis en el consumo continúa afectando a los diferentes eslabones de la cadena de valor, reflejando una realidad económica que, a pesar de las señales oficiales, sigue siendo difícil para numerosos sectores.
