El ministro de Seguridad bonaerense se refirió al crimen de Roberto Sabo. Otro caso que se sumó a la ola de violencia en el conurbano
El ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni vinculó el crimen del kiosquero Roberto Sabo, ocurrido este domingo en Ramos Mejía, a «un sistema que no funciona» mientras que aseguró que no es «un problema policial» y reveló que el detenido por el caso estuvo preso entre 2016 y 2020 por robo agravado, para luego salir «sin seguimiento del patronato de liberados». Además, informó que la menor de 15 años que acompañaba al presunto autor del crimen, Leandro Suárez, de 29, se encuentra embarazada.
El ministro aseguró que el hecho no se relaciona con una «cuestión policial», al marcar que la pareja que lo cometió fue detenida rápidamente. Berni, quien anoche se hizo presente en la comisaría de Ramos Mejía para dialogar con policías, vecinos y familiares de Sabo, consideró que el kiosquero fue asesinado «gracias a un sistema que no funciona, que tiene que ver con lo cultural y lo económico y en el concepto de autoridad».
«Anoche lo primero que hice es fijarme los antecedentes y que del ’14 al ’20 estuvo preso por robo agravado y ahora sale de la cárcel sin seguimiento y a robar con una menor embarazada. No hay seguimiento del Patronato de Liberados», expresó el funcionario en declaraciones radiales.
«Este hombre se tomó un uber para salir a robar y a matar por nada», contó el ministro. Berni señaló que entiende «el dolor de un padre y de todos los vecinos porque es terrible pasar por una situación así», aunque aseguró que no se trató de «una cuestión policial».
En ese sentido, indicó que «un policía forcejeó con el delincuente a la salida del asalto, un patrullero pasaba por ahí y la policía respondió», al hacer referencia a que los asaltantes fueron detenidos a los pocos minutos tras protagonizar un raid delictivo que tras el crimen de Sabo incluyó el robo de un auto a un remisero y una moto a un repartidor delivery.
El ministro destacó, por otro lado, que hubo avances en cuanto a la seguridad en la provincia durante su gestión. «Pasamos de 898 homicidios en 2016 a 668. Hay que seguir trabajando, pero los delitos vienen bajando. Obviamente un homicidio de estas características causa conmoción. Estamos profesionalizando la policía. Cuando llegamos, en La Matanza no había más de 30 móviles y hoy hay 160», resaltó.