Deportes

Newell’s apenas se pudo parar en cancha y Banfield lo goleó


Tomás Nasif, en dos oportunidades, y Agustín Alaniz los verdugos del rojinegro en la derrota por 3 a 0

Newell’s viajó al sur del Gran Buenos Aires para cambiar la cara. La derrota ante Independiente Rivadavia se pagó caro, aunque el rendimiento dejó expectativas. Así fue hasta el Florencio Sola para enfrentar a Banfield, que había ganado en el debut ante Defensa y Justicia

El partido comenzó previsible. Ninguno de los dos se animaba y se medían mutuamente. Sin embargo, con el correr de los minutos se fue prendiendo el duelo. El Taladro con la pelota parada insinuaba y la Lepra intentaba con juego asociado.

En un duelo sin destacados, Tomás Jacob tuvo la más clara. Luego de una salida clara, pero al borde del peligro, el lateral-volante de Mariano Soso quedó de cara a Facundo Sanguinetti. Su remate se encontró con la inmensidad del arquero del local, que minutos más tarde volvió a taparle un mano a mano clarísimo.

Hasta que a los 27 minutos, los de Ariel Broggi avanzaron con peligro y desbordaron a Newell’s. Un centro al ras derivó en Geronimo Rivera, pero justo antes de rematar Alejo Tabares cerró con infracción y Sebastián Martínez cobró penal. El encargado de ejecutar fue Tomás Nasif que con un golazo estampó el 1 a 0

El partido luego entró en una meseta y si bien Newell’s arrinconó a Banfield, nunca pudo romper el arco de Sanguinetti. Gonzalo Maroni tuvo una situación clara, pero no llegó a conectar el balón.

Después del envión por el empate, se emparejaron las situaciones. Pero el partido tenía una escena más en los primeros 45 minutos.

Un lateral en mitad de cancha lanzado para Tomás Nasif derivó en Agustín Alaniz, rodeado de cinco jugadores de Newell’s. El delantero del Taladro avanzó, le hizo un caño a Luciano Lollo y definió cruzado. La reacción de Josué Reinatti no fue la mejor y lo venció. El local festejó y se fue con una ventaja abultada al entretiempo.

El segundo tiempo arrancó en pasividad. Banfield cómodo con la diferencia, Newell’s no pudiendo dar con su juego. El cambio de estrategia con el ingreso de Giovanni Chiaverano no surgió efecto y Newell’s fue más de lo mismo.

Fue así como Banfield aprovechó a ese desconcertado Rojinegro. Una secuencia de toques precisos sobre la banda izquierda de Newell’s terminó en un claro desborde y un centro a media altura para Tomás Nasif. Con una pirueta poco ortodoxa dejó sin posibilidades a Reinatti, que tuvo que ir a buscar la pelota adentro del arco nuevamente.

La Lepra fue un conjunto de jugadores. Solo algunos pasajes con arremetidas individuales de Mateo Silvetti, toques de Gonzalo Marioni y la precisión de Ever Banega, pero nunca pudieron coincidir y juntarse para armar fútbol. Nunca se vio un equipo, los cambios no tuvieron la repercusión necesaria y Banfield dominó sin problemas.

El tercer gol fue un mazazo difícil de digerir. Sería injusto no contabilizar situaciones esporádicas, como también lo sería pensar que algún descuento leproso podría hacer cambiar el curso del encuentro.