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Netanyahu no logra mayoría para formar Gobierno en Israel tras unas elecciones sin ganador claro


Con un 90% de los votos escrutados el Likud disponía de 30 escaños, seguido de Yesh Atid, encabezado por el principal rival de Netanyahu, Yair Lapid, con 17

El bloque Likud del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, estaría por debajo del umbral necesario para garantizarse una mayoría en el Parlamento que le permita formar Gobierno, según los resultados preliminares de las legislativas realizadas ayer que fragmentaron aún más el escenario político.

Con un 90% de los votos escrutados el Likud disponía de 30 escaños, seguido de Yesh Atid, encabezado por el principal rival de Netanyahu, Yair Lapid, con 17.

Si ambos se unen a sus aliados considerados lógicos, sumarían cada uno unos 50 escaños del total de los 120 del Knéset, el parlamento israelí. Es decir, ninguno llegaría a los 61 necesarios para formar Gobierno.

Por tanto, las miradas se dirigen por ejemplo a Naftali Bennett, cuyo partido Yamina, que representa a una derecha radical, nacionalista y religiosa, obtuvo siete escaños.

Este expupilo de Netanyahu, en el cargo desde 2009, alimentó el misterio durante toda la campaña y al día de hoy no se sabe si se unirá a una coalición con «Bibi», como se conoce al primer ministro, o contra él, para desterrarlo del poder.

«Usaré el poder que ustedes me dieron para perseguir una única idea: lo que es bueno para Israel, lo que es bueno para todos los ciudadanos de Israel», dijo Bennett el martes.

Días antes, en televisión, firmó una declaración en la que se comprometió a no formar parte de un Gobierno dirigido por Lapid, siempre y cuando Netanyahu no se alíe con el diputado Mansour Abbas, que salió de la coalición de partidos árabes y se presentó en solitario en estos comicios.

Este político se dijo dispuesto a trabajar con Netanyahu, lo que provocó vivas críticas de la comunidad de palestinos de Israel, que representan un 20% de la población.

La pequeña formación de Abbas, que en los sondeos a boca de urna parecía no haber obtenido ningún escaño, consiguió finalmente cinco diputados y esto lo mete en la mesa de negociación para formar Gobierno.

Entre los escenarios posibles, Bennett podría negociar ser una especie de vice primer ministro, un puesto que sería creado a su medida y en medio de las audiencias contra Netanyahu, acusado de «corrupción» en varios casos.

«Bennett piensa quizás que si esto pesa demasiado, Netanyahu podría ausentarse en algún momento y él podría ejercer de primer ministro», dijo un analista, Yaron Deckel a la agencia de noticias AFP.

Lo cierto es que para conservar su puesto, Netanyahu inició la «caza» de apoyos de otros partidos.

«Me dirigiré a todos los que comparten nuestros principios. No descartaré a nadie», dijo el jefe de gobierno, que tenderá la mano a una derecha muy radical y religiosa y también podría verse obligado a recurrir a fuerzas políticas en principio incompatibles como son Naftali Bennett y Mansour Abbas.

En este complejo rompecabezas político en el que 13 partidos se van a repartir 120 escaños, el bloque liderado por el centrista Lapid necesitará los apoyos de al menos dos de los tres partidos siguientes: Yamina de Naftali Bennett, Raam de Mansour Abbas y la Lista Árabe Unida de Ayman Odeh.

Otro dato que dejó las elecciones fue que quien fuera el principal rival de Netanyahu hace tan solo algunos meses, Benny Gantz, con el que formó un Gobierno de unión nacional hasta hace escasas semanas, obtuvo tan solo ocho escaños.

La comisión electoral indicó que divulgará los resultados finales de aquí al viernes, justo antes que comience la Pascua judía, tras la cual se iniciarán las negociaciones entre los partidos para formar una mayoría y evitar algo que la mayoría de los israelíes temen: unas quintas elecciones en dos años.