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Netanyahu, el primer premier israelí en ser enjuiciado por corrupción


El jefe de gobierno está acusado de fraude, sobornos y violación de la confianza. Antes de entrar a la audiencia afirmó: "El objetivo es derrocar a un primer ministro fuerte del campo de la derecha"

De traje oscuro, barbijo celeste y mirada desafiante, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, participó hoy de la audiencia preliminar de su juicio por fraude, sobornos y violación de la confianza en Jerusalén, y se convirtió en el primer jefe de gobierno del país que es enjuiciado por corrupción mientras ocupa el cargo.

Sus abogados pidieron que el juicio propiamente dicho, con los testimonios de los testigos, comience recién en la primavera del año próximo (otoño en Argentina) ya que, anunciaron, tienen previsto presentar varios recursos para pedir la absolución de su defendido, según la versión online del diario Jerusalem Post.

Los jueces no tomaron una decisión aún, pero sí pusieron fecha para la próxima audiencia preliminar: 19 de julio.

Netanyahu, quien asumió nuevamente en el cargo hace apenas una semana tras sellar una criticada alianza con su principal rival electoral Benny Gantz, había intentado no ir a la audiencia preliminar.

Según sus opositores y la propia Fiscalía, para evitar la foto histórica de un jefe de gobierno en funciones en el asiento del acusado.

Sin embargo, el tribunal no le permitió faltar y hoy, tras su reunión de gabinete dominical, se presentó junto con sus guardaespaldas, abogados y algunos ministros que lo acompañaron hasta la puerta.

Al final de la audiencia, los jueces sí aceptaron el nuevo pedido del primer ministro y éste no tendrá que estar presente en los próximos encuentros hasta que comience la fase de presentación de evidencia.

«Sembraron casos delirantes y falsos. El objetivo es derrocar a un primer ministro fuerte del campo de la derecha y, en consecuencia, remover a la derecha del liderazgo político (del país) durante muchos años», había denunciado Netanyahu antes de ingresar a tribunales.

Al llegar, el premier se sacó el barbijo y habló frente a una pequeña multitud de simpatizantes, opositores y periodistas.

«La gente sabe que esto es un intento de golpe de Estado político contra la voluntad del pueblo. Les garantizo a todos que con su ayuda, con ayuda de Dios, seguiré luchando. No les permitiré que nos derriben. Yo seguiré liderando el Estado de Israel», agregó.

Tras presentarse como víctima de una persecución política, Netanyahu contó que pidió que todo el proceso se televise en vivo.

«Quiero que el público sepa toda la verdad y, así, pedirle a la corte una completa transparencia. Que todo sea transmitido en vivo, sin censura y sin edición», exigió el premier antes de ingresar, según el medio online Ynet.

Antes de ir a los tribunales, Netanyahu había encabezado su reunión de gabinete semanal y, aunque acordó con Gantz no hablar públicamente del juicio en actividades oficiales del gobierno de coalición, antes de terminar, su ministro de asuntos religiosos dijo: «Dios revelerá la verdad».

La audiencia preliminar del juicio iba a realizarse el 17 de marzo, pero debió ser aplazada a causa de la suspensión de los procedimientos por las restricciones impuestas por el coronavirus.

El caso más grave que pesa contra Netanyahu es el llamado 4000, en el que hará frente a cargos por sobornos, fraude y violación de la confianza por impulsar regulaciones que beneficiaron al accionista mayoritario del grupo Bezeq, Shaul Elovitch, a cambio de una cobertura favorable en su portal de noticias Walla.

En el caso 1000, fue imputado por fraude y violación de la confianza por recibir regalos ilícitos valorados en 700.000 shekels a cambio de favores.

Y en el caso 2000 fue imputado por fraude y violación de confianza por acordar con el medio Yedioth Ahronoth, el más grande en lengua hebrea, debilitar a su competencia Israel Hayom a cambio de una cobertura más favorable al primer ministro.