Política y Economía

Nación destina 3 mil millones de pesos para poner en valor los centros comunitarios


El gobierno nacional lanzó 250 proyectos para la puesta en valor y equipamiento de los 847 Centros Integradores Comunitarios

El gobierno nacional lanzó 250 proyectos para la puesta en valor y equipamiento de los 847 Centros Integradores Comunitarios (CIC) del país, creados en barrios vulnerables para el desarrollo social de esas comunidades con el trabajo de los propios vecinos en articulación con municipios y organizaciones, informó el Ministerio de Desarrollo Social.

Unos 3 mil millones de pesos serán destinados a ese objetivo, a través del programa Participar en Comunidad, que materializará también otras 240 iniciativas para que los vecinos pongan en marcha proyectos laborales, sociales y culturales, en un período que abarca el último trimestre de este año y todo el 2021, explicó en una entrevista con Télam la subsecretaria de Desarrollo Humano, Laura Berardo.

Los CIC, construidos en su mayoría entre el 2004 y el 2015 en todos los distritos, son espacios de integración vecinal, con la impronta de cada barrio. Su principal objetivo es el reencuentro y la organización de la comunidad por sí misma para llevar adelante actividades recreativas, culturales, deportivas y educativas.

La orquesta popular de Villa Palito, La Matanza, conformada por niños, jóvenes y adultos, es una prueba de ello, al igual que la radio comunitaria que funciona en Cañuelas, organizada por los jóvenes que viven en las inmediaciones del centro integrador.

Lo mismo ocurre en Gobernador Costa (Chubut) y en Río Turbio (Santa Cruz), cuyos centros están enfocados al desarrollo infantil y contienen en total a unos 125 niños.

Como muestra de la diversidad de oportunidades que ofrecen los CIC, en el municipio entrerriano de La Paz se realizan talleres culturales y de oficio gratuitos, que incluyen herrería, carpintería, pintura, costura, Punto Digital, artesanías en tela y danza árabe, y también funciona un Grupo de Reeducación Emocional y Responsabilidad Social para hombres que ejercieron violencia de género.

La pandemia de coronavirus paralizó mucho de lo que había empezado a reactivarse este año, luego de la gestión de Mauricio Macri, que «se desentendió de los centros y dejó todo en manos de las comunidades e intendencias, que debieron hacer enormes esfuerzos para mantener los CIC en pie con sus propios medios», explicó Berardo.

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La irrupción de la Covid-19 en el país también obligó, en algunas regiones, a utilizar los centros como dispositivos al servicio de las necesidades de cada barrio frente a la emergencia sanitaria.

En el barrio Don Orione, en Almirante Brown, el CIC debió ser reconvertido en un centro de aislamiento para casos leves de Covid-19, con camas de internación.

Ahora, la idea es poner en valor esos espacios, reconstruir el tejido social de cada localidad, «empobrecido por el macrismo y la pandemia» y diseñar esquemas de trabajo para que los actores de la comunidad sean «protagonistas» en el camino de «garantizar los derechos de la primera infancia y la soberanía alimentaria», explicó Berardo.

Ya algunos de ellos tienen experiencia orientada hacia eso, como el del pueblo misionero Aristóbulo del Valle, donde funciona un espacio de comercialización para pequeños productores de la zona, o el del municipio Marapa, en Tucumán, cuyos vecinos hace más de nueve años desarrollan una huerta comunitaria y capacitan en el cultivo familiar.

Por otra parte, además, algunos de los CIC ya empezaron a actuar en los primeros pasos hacia la urbanización de los barrios populares, algo que, según la funcionaria, responde a la «alta valoración que el ministro Daniel Arroyo tiene de las redes comunitarias».

Es que los CIC cuentan con una Mesa de Gestión conformada por la propia comunidad para discutir, planificar y evaluar políticas sociales, en el marco de una gestión nacional, provincial y municipal que entiende que los ciudadanos no pueden ser meros receptores de programas, sino parte fundamental del armado y sostén de esos emprendimientos, explicaron desde Desarrollo Social.

En lugares alejados de los grandes centros urbanos, incluso, los CIC se convierten en «los principales referentes del Estado».

Como un camino más hacia la salida de la crisis causada por la pandemia, el Gobierno llevará a las mesas de gestión propuestas con perspectiva de derechos y la idea de realizar trabajos para mejorar la infraestructura de los CIC y así reactivar sus funciones.

Este objetivo se suma a la idea original con la que fueron pensados los CIC durante el Gobierno de Néstor Kirchner: proveer recursos para construir una identidad colectiva de los vecinos en los barrios, que ellos puedan definir sus propias prácticas culturales y abordar junto al Estado fórmulas que mejoren sus condiciones de vida.

«Tenemos que dar las respuestas que la gente necesita y demostrar que el clientelismo se ha alejado absolutamente de todas las acciones que el poder nacional, provincial o municipal pueda llevar adelante», había expresado Kirchner en el 2005 cuando anunció la construcción de los centros.

Ahora, bajo la presidencia de Alberto Fernández y la gestión de Arroyo en el Ministerio de Desarrollo Social, se creará una red federal para que los CIC puedan interactuar virtualmente entre ellos y compartir recorridos en proyectos comunitarios.

«Es una forma de visibilizar la Argentina profunda, que tiene muchísima experiencia acumulada y mucho para aportar», reflexionó Berardo.