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Myanmar: nuevas protestas contra el golpe militar dejan 40 muertos


Desde el golpe militar del 1° de febrero que derrocó al Gobierno, el país asiático se vio sacudido por protestas diarias en las que murieron al menos 618 civiles

Al menos 40 manifestantes prodemocracia de Myanmar fueron asesinados hoy en marchas contra el golpe militar en nuevas protestas que incluyeron pintar de rojo las calles de Rangún, la ciudad más importante del país, para denunciar la violencia del Ejército.

El embajador de Myanmar ante la ONU, Kyaw Moe Tun, despedido por la Junta pero que sigue en su puesto, instó al Consejo de Seguridad a actuar.

«Por favor, por favor, actúen», pidió el embajador, que también reclama una «zona de exclusión aérea» para contrarrestar las incursiones del régimen contra las minorías, sanciones contra la junta y un embargo de armas.

Desde el golpe militar del 1° de febrero que derrocó al Gobierno civil de Aung San Suu Kyi, Myanmar se vio sacudida por protestas diarias en las que murieron al menos 618 civiles, según cifras de la ONG Asociación de Ayuda a los Presos Políticos (AAPP).

La junta, que califica a las víctimas de «terroristas violentos», dice que son 248 los muertos desde el 1 de febrero.

A pesar del baño de sangre, las protestas y las huelgas continúan. Los manifestantes intentan frustrar la represión con medios de acción alternativos.

Hoy arrojaron pintura roja en las calles del centro de Rangún, como parte de una iniciativa llamada «Movimiento Rojo», informó la agencia de noticias AFP.

«Unámonos y mostremos con valentía en rojo que no se permitirá que el régimen dictatorial nos gobierne en absoluto», dijo un estudiante en Facebook.

Panfletos que decían «No nos gobernarán» fueron esparcidos en varias partes de Rangún. En la ciudad central de Mandalay los pegaron a la estatua del general Aung San, padre de Aung San Suu Kyi y héroe de la independencia.

La exlíder civil, que ganó el Premio Nobel de la Paz en 1991, está incomunicada desde el golpe y es objeto de varias acusaciones judiciales.

Las restricciones de la junta al acceso a Internet están dificultando la circulación y la verificación de la información.

Pese a ello, el sábado surgieron detalles de un día de violencia en Bago, ubicada a 65 kilómetros al noreste de Rangún, que hizo que los residentes huyeran a los pueblos cercanos.

Al menos 40 manifestantes murieron en la represión de las fuerzas de seguridad, que impidió a los socorristas recuperar los cadáveres.

Los medios locales informaron de un número de muertos mucho mayor.

«Amontonaron todos los cadáveres, los cargaron en su camión militar y se los llevaron», dijo un residente y agregó más tarde arrestaron gente en el lugar.

Las imágenes filmadas ayer muestran a los manifestantes escondidos detrás de barricadas de bolsas de arena, armados con armas caseras, con el sonido de fondo de explosiones.

La comunidad internacional está cada vez más alarmada por la situación. Rusia y China rechazan la idea de las sanciones. Estados Unidos y varios países europeos pidieron ayer al Consejo de Seguridad que vaya más allá de las tres declaraciones unánimes adoptadas desde el golpe de Estado.

La enviada de la ONU para Myanmar, Christine Schraner Burgener, inició ayer una gira por Asia que la llevará a China y a los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), que celebrará una cumbre de emergencia en Yakarta el 20 de abril. Sin embargo, Mynamar se niega a recibirla.