Pese al llamado del Consejo de Seguridad de la ONU a abandonar el uso de la fuerza contra las personas que se movilizan, el Ejército no para de derramar sangre
Las fuerzas de seguridad de Myanmar volvieron hoy a reprimir una protesta contra el golpe de Estado del mes pasado y mataron a diez personas, pese al llamado del Consejo de Seguridad de la ONU a abandonar el uso de la fuerza contra manifestantes.
El ejército también presentó una nueva acusación contra Aung San Suu Kyi, la líder civil del Gobierno que derrocó el 1 de febrero.
Según el vocero de la junta militar, Zaw Min Tun, entre 2017 y 2018 la dirigente, galardonada en 1991 con el Nobel de la Paz, recibió ilegalmente 600.000 dólares y 11,2 kilogramos de oro.
El vocero militar Zaw Min Tun dijo que el exjefe de la división de Yangon, Phyo Min Thein, admitió haberle dado el dinero, aunque no presentó pruebas.
Miles de personas realizan protestas en Myanmar desde el golpe de Estado que derrocó a Suu Kyi al inicio de su segundo mandato y puso fin a un lento progreso hacia la democracia tras cinco décadas de gobiernos militares.
Según la prensa local, hoy se sumaron diez muertos en las protestas: seis personas murieron en Myaing, en la región central de Magway, mientras que otras cuatro murieron en Yangon, Mandalay, Bago y Taungoo.
Estas muertes se suman al medio centenar que hubo en protestas anteriores en las que las fuerzas de seguridad usaron munición real para dispersar a los manifestantes, además de gases lacrimógenos, balas de goma, camiones hidrantes y granadas paralizantes.
Además, muchos manifestantes fueron brutalmente golpeados.
Ayer, el Consejo de Seguridad de la ONU pidió por unanimidad la revocación del golpe militar y condenó enérgicamente la violencia contra los manifestantes pacíficos.
Los 15 miembros del Consejo aprobaron una resolución en la que piden la liberación inmediata de los líderes gubernamentales y enfatizan la «necesidad de defender las instituciones democráticas».
Amnistía Internacional emitió hoy un informe en el que sostiene que el ejército de Myanmar «está utilizando tácticas y armas que normalmente se ven en el campo de batalla contra manifestantes pacíficos y transeúntes en todo el país».
La ONG dijo que su examen de más de 50 videos de la represión confirmó que «las fuerzas de seguridad parecen estar implementando estrategias planificadas y sistemáticas, incluido el uso intensificado de la fuerza letal». «Muchos de los asesinatos documentados equivalen a ejecuciones extrajudiciales», denunció AI.