«Marqué el gol, pero Gordon Banks lo paró». Esta frase, pronunciada por el rey Pelé, es casi tan célebre como la atajada milagrosa protagonizada en 1970 por el arquero de Inglaterra, campeón del mundo cuatro años antes y fallecido este martes a los 81 años.
Para muchos fue simplemente «la atajada del siglo». Aquel 7 de julio de 1970, en el estadio Jalisco de Guadalajara, el genio brasileño estuvo a dos dedos de marcar un gol muy parecido al que lograría semanas más tarde en la final de la misma Copa del Mundo contra Italia.
Pelé saltó a una altura increíble para rematar con la testa un centro de Jairzinho, el balón picó a toda velocidad en el suelo y Banks, con unos reflejos espectaculares, voló al poste para despejar a córner.
«Escuché a Pelé gritar gol tras el cabezazo», contó más tarde Banks, que desde diciembre de 2015 sufría un cáncer de riñón, según varios medios británicos.
«Gordon falleció en paz esta madrugada», señaló su familia en un comunicado publicado este martes por uno de sus antiguos clubes, el Stoke City.
«Estamos devastados por su pérdida, pero tenemos muchos recuerdos y no podemos estar más orgullosos de él», añadió.
Banks of England
Otros campeones del mundo en 1966 ya han fallecido: el capitán Bobby Moore, el benjamín Alan Ball y Ray Wilson. Otros sufren actualmente alzheimer, como Nobby Stiles y Martin Peters.
Inglaterra perdió aquel famoso partido contra Brasil (1-0), pero Banks se ganó un apodo para siempre; Banks of England (Bancos de Inglaterra).
El arquero está considerado uno de los mejores de la historia, a la altura de sus famosos contemporáneos, el soviético Lev Yashin y el italiano Dino Zoff.
Fue nombrado mejor portero del año por la FIFA en seis ocasiones consecutivas, de 1966 a 1971.
Sin embargo Banks no consideraba aquella atajada contra Pelé la mejor de su carrera. «No, fue un penal lanzado por Geoff Hurst con el Stoke en semifinales de la Copa de la Liga de 1972», declaró en 2016 el jugador que terminó su carrera en este club (1967-1973) tras haberla comenzado en el Leicester (1959-1967).
Gracias a esta atajada, a cuatro minutos del final a un tiro muy potente del legendario atacante inglés, autor de un triplete en la final del Mundial 1966 ante Alemania Federal (4-2), el Stoke se clasificó para la final, que ganó contra el Chelsea en Wembley (2- 1).
Fue el segundo y último trofeo ganado en clubes por Banks, tras una primera Copa de la Liga con el Leicester en 1964.
Unos meses después su carrera se paró de manera abrupta. Cuando tenía 33 años perdió la vista de su ojo derecho debido a un accidente de coche, lo que le obligó a retirarse.
Medalla vendida
Leyenda en Inglaterra en una época en la que el fútbol estaba lejos de ser el gran negocio que es actualmente, Banks se vio obligado, como otros héroes del 66, a vender su medalla de campeón mundial para ayudar a sus tres hijos a comprar una casa.
Presidente honorífico del Stoke de por vida, su fama le acompañó hasta el final. Fue uno de los últimos portadores de la antorcha olímpica en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
«Oh no, Gordon Banks, uno de mis héroes absolutos, y de muchos otros, ha muerto. El vencedor de la Copa del Mundo en Inglaterra era uno de los mejores porteros de todos los tiempos y un hombre encantador», señaló el antiguo delantero y actual comentarista de televisión Gary Lineker.
«Muy triste al escuchar que Gordon ha muerto. Uno de los más grandes», señaló su antiguo compañero Hurst.
El Leicester señaló estar «profundamente triste» por la muerte del que fuera su portero.