Espectáculos

Murió Fernando Botero, el artista colombiano más grande de todos los tiempos


Había nacido en 1932 en Medellín. Llegó a convertirse en uno de los creadores contemporáneos más reconocibles en todo el mundo por sus esculturas de voluminosas figuras humanas

Fernando Botero murió a los 91 años, tras haber permanecido hospitalizado durante varios días, como consecuencia de una neumonía. El artista colombiano no sólo fue el más grande de su país, sino que logró el reconocimiento mundial gracias a su arte. Falleció este viernes 15 de septiembre en su casa del Principado de Mónaco.

Fernando Botero nació en Medellín el 19 de abril de 1932 y es uno de los artistas latinoamericanos más reconocidos del mundo. Su obra se caracteriza por el agrandamiento o la deformación de los volúmenes. A lo largo de su extensa trayectoria, exhibió en las principales ciudades y museos del mundo: desde el Grand Palais de París, los Campos Elíseos o el Palacio Venecia, hasta la Quinta Avenida de Nueva York, el MOMA, y el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile, entre muchos sitios más.

También a lo largo de los años ha donado a diversas ciudades del mundo esculturas como Big Bird (Singapur), El Caballo (Santiago de Chile), Mujer con espejo (Madrid), Gato (Barcelona), Maternidade (Lisboa), Broadgate Venus (Londres), Caballo (Medellín), Jinete (Jerusalén), entre otras. También está Torso de mujer, popularmente conocido como La gorda, en la ciudad de Medellín, que podría ser la pareja de nuestro torso del barrio de Retiro.

Si bien Botero confesó más de una vez que se siente pintor antes que cualquier otra cosa, en una entrevista que le realizó el periodista mexicano Ricardo Rocha reveló que en 1974 decidió dejar de pintar por un tiempo “para aprender el oficio de escultor”. Pero de ninguna manera alteró su estilo, ya que el mismo concepto que aplicó en sus pinturas lo llevó a sus esculturas: “Todo artista considerado importante deformó de alguna manera la naturaleza y así lo hice yo también”, dijo. Lo primero que esculpió fue su mano izquierda y, como lo haría con el resto de su obra, el volumen deformado fue protagonista.