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Emoción y dolor

Murió en Malvinas y había escrito una carta que llegó 37 años después


La historia de Jorge Ludueña es similar a la de muchos otros soldados argentinos que debieron ir a Malvinas. El joven de tan sólo 18 años participó de la gesta y murió por ingerir comida en mal estado en las islas. Su familia, de Las Varillas (Córdoba), se hundió en dolor cuando, en mayo de 1982, el comisario del pueblo tocó la puerta para confirmar la noticia que nadie quería oír.

Su madre se llama Manuela Roldán, tiene 77 años y todavía vive en un pueblo que recuerda a su hijo por ser el único soldado caído de Las Varillas. Son heridas que nunca cierran del todo, pero nunca imaginó lo que iba a tener en sus manos 37 años después de la guerra: una carta de puño y letra de su hijo. La única que había escrito. Y fue entregada casi cuatro décadas más tarde.

Todos los gestos de Manuela son de incredulidad. Por supuesto, lágrimas. “Es como vivir todo de nuevo”, sostiene a Infobae. El escrito fue entregado por Héctor Gaete, el hijo de un oficial de la Armada que la había buscado durante muchos años. El hombre, junto con su hermana, viajaron desde Santo Tomé hasta Las Varillas y encontraron a la familia de Jorge.

“Tener la carta es una parte de él conmigo, son momentos en los que pasaron muchas cosas muy fuertes. Cuando me avisaron que me iban a traer una carta suya me puse ansiosa, pensaba qué dirá, le hablaría a su papá, que ya no lo tiene, a sus abuelos, me sentí con mucho dolor, mucha tristeza, todavía no me lo pude sacar de la cabeza”, reza.

Y también recuerda aquel 20 de mayo de 1982, cuando la peor noticia llegó a sus oídos: “Fue el día más triste de mi vida, quería pegarle al comisario. Yo no le daba magnitud a la guerra, pensé que iba a volver, no entendía bien qué pasaba, le creía a lo que decía la tele y los diarios, que estaba todo bien”.

Algunos textos de la carta:

Queridos Padres: les escribo estas líneas, para decirles que estoy bien y espero que sepan dónde estoy y que no se hagan problemas porque no va pasar nada, rogándole a Dios. Estas líneas son para contarles que aquí hace mucho frío y que la comida es escasa y espero que esto termine pronto así estás más tranquila. Te cuento que el mes pasado nos pagaron el sueldo y cada uno sacó 20 millones y que pagan todos los fines de mes. Pero mándame el pulóver y un par de medias porque vamos a salir de licencia, todos los fin de semana si salimos de esta.

Querida hermana te escribo estas líneas para decirte que estoy bien y que no te asustes por lo que está pasando, espero se arregle pronto así están más tranquilos. Estela mándame una carta por lo menos, que escriba la mami que hace mucho que no escribe. Cada vez que hay cartas espero una de ustedes, y cuando no me mandan me pongo triste. Estela como andas con el Beto, se llevan bien o andan a las patadas y la Marita como esta grande, picuda no me extraña. Vos sabes como la extraño a la Marita hay soldados que extrañan a sus hermanitos y yo le dije que tengo una sobrina. Bueno estela sin más nada que contarte saludos al Beto y besos a la Marita y a vos chau hermana.