Fue el militar más condenado por homicidios en la historia del vecino país. Murió a los 81 años en un hospital montevideano tras sufrir un accidente cerebrovascular
El represor uruguayo José Nino Gavazzo, el militar más condenado por homicidios de la historia de su país y secuestrador de la nuera del poeta argentino Juan Gelman, murió a última hora de ayer en el Hospital Militar de Montevideo, donde había sido trasladado desde su prisión domiciliaria tras sufrir un accidente cerebrovascular.
Gavazzo, de 81 años, estaba internado desde hacía más de una semana en grave estado.
El militar retirado fue condenado junto a otros exrepresores por 28 homicidios especialmente agravados y por el secuestro y la desaparición de la argentina María Claudia García Irureta Goyena de Gelman, madre de Macarena Gelman y nuera del poeta Juan Gelman, durante la dictadura uruguaya (1973-1985).
En septiembre del año pasado, la Suprema Corte de Justicia uruguaya ratificó la condena de Gavazzo y otros cuatro militares por el asesinato de García Irureta Goyena de Gelman, que estaba embarazada cuando fue secuestrada en Buenos Aires y después trasladada a Montevideo.
Con la decisión de la Corte quedó firme la sentencia de 30 años de penitenciaría para los cuatro acusados.
Además, un tribunal de Roma condenó en julio de 2019 a cadena perpetua a 27 militares y jerarcas de Bolivia, Chile, Perú y Uruguay, entre ellos Gavazzo, acusados de la muerte y desaparición de una veintena de italianos en el marco del Plan Cóndor, que coordinó la represión en el Cono Sur.
Durante la dictadura, Gavazzo actuó en la División del Ejército I y en el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) hasta que en 1976 llego a ser jefe del Departamento del Servicio de Información y Defensa (SID), que desarrollaba las operaciones de inteligencia y de represión contra opositores.
Junto a otros militares, ejecutó las acciones de represión definidas en el marco del Plan Cóndor.
Según el periódico uruguayo La Diaria, durante su reclusión gozó de los privilegios de las cárceles militares hasta que en 2015 un juez le otorgó la prisión domiciliaria, régimen en el que permaneció hasta su muerte.
Fue condenado por más de 30 delitos de homicidio muy especialmente agravado cometidos durante la dictadura, 28 de ellos asociados a las investigaciones del Plan Cóndor.
A los homicidios se suma su responsabilidad por 197 desaparecidos que dejó la dictadura en Uruguay.