El hombre, japonés, decía que la clave de su longevidad era seguir sonriendo
El hombre, japonés, decía que la clave de su longevidad era seguir sonriendo
Chitetsu Watanabe falleció el domingo a los 112 años. El hombre, japonés, era el más longevo del mundo y había recibido el pasado 12 de febrero el certificado por parte de Guinness World Records que lo constataba.
Tanto la organización como la funeraria encargada de su entierro confirmaron el martes que falleció el domingo. La causa de la muerte no se hizo pública.
Últimamente no podía comer y un par de días antes de su muerte tuvo fiebre y problemas para respirar, reportó el diario Mainichi según indicaron familiares.
El hombre tenía cinco hijos, 12 nietos, 16 bisnietos y un tataranieto, agregó el periódico.
Watanabe nació en 1907 y había trabajado en Taiwán durante 18 años. A su regreso su localidad natal, Niigata, en el norte de Japón, trabajó para el gobierno de la prefectura hasta su jubilación. Además, cultivó frutas y verduras en la granja familiar, amaba los profiteroles y los bonsáis, el arte tradicional japonés de pequeños árboles esculpidos.
Solía decir que el secreto de su longevidad era seguir sonriendo. Guinness en Japón ofreció sus condolencias a la familia.
La persona más vieja del mundo es también japonesa, Kane Tanaka, una mujer de 117 años.