Falleció esta mañana, en su casa. Tenía 88 años. Se casó con el humorista en 1954 y estuvo a su lado hasta su partida, en 1996
Este miércoles por la mañana murió Berta Szpindler, la viuda del recordado humorista y monologuista Mauricio Borensztein, popularmente conocido como Tato Bores. La mujer tenía 88 años y, según informaron, su deceso ocurrió a las 9:40.
Berta y Tato se casaron en 1954 y estuvieron juntos durante 42 años hasta el 11 de enero de 1996, día en que murió el humorista. Tenían tres hijos: Marina (escritora), Alejandro (periodista) y Sebastián Borensztein (guionista), a quienes Szpindler describía como “muy buena gente”.
“Viste que te dicen ‘Te felicito, qué talento tus hijos’. Sí, son muy talentosos, pero a mí lo que más me gusta de ellos es que son muy buena gente”, dijo la viuda del humorista en la primera nota que dio en su vida, en 2002, seis años después de la muerte de Tato Bores.
El actor Oscar Martínez, que está casado con Marina Borensztein, recordó a su ex suegra como una mujer “inolvidable”. “La quise mucho”, dijo en radio Mitre.
Dueña de un bajo perfil, en aquella primera entrevista que brindó, explicó por qué no había hablado antes con la prensa, incluso cuando estaba junto a Tato. “Cuando yo veía a las esposas que daban notas no entendía mucho, porque a mí me parecía que yo no tenía nada para decir. A mí me parece muy bien que haga declaraciones la gente que tiene algún peso en algo, si sos artista, un pintor, un político. Yo sentía que era la señora de Tato Bores, nomás”, indicó en Página 12. “Es la primera vez que doy una nota, ni siquiera junto con Tato lo hice. Sí me prestaba a sacarme una foto, pero nada más”.
En aquella nota, la mujer recordó cómo surgió Berta, el personaje que su marido había creado para sus monólogos. Allí, aseguró que había sido un invento de Tato Bores en la época en que hacía televisión. “Como él siempre hablaba en primera persona, que todas las cosas le sucedían a él… y él tenía muchos interlocutores en esos monólogos, yo era uno”, aseguró y aclaró que no se sentía identificada con la imagen que el humorista y los guionistas habían hecho sobre el personaje. “¡Si era una mandona…! Una vez fuimos a una reunión y me acuerdo que alguien dijo ‘Esta no es Berta’. Creían que él había llevado a otra mujer, porque pensaban que yo era como el personaje. La imagen de Berta seguramente sería con un rodete, una cosa medio germana”, imaginó.