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Murió Alberto Fujimori, expresidente de Perú, a los 86 años


En diciembre fue excarcelado, tras haber sido acusado por delitos de lesa humanidad.

El expresidente de Perú Alberto Fujimori, quien pasó 15 años en prisión por delitos de lesa humanidad, falleció este miércoles en Lima, según confirmó su hija mayor, Keiko, a través de las redes sociales.

«Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma. Gracias por tanto papá!», escribió la mujer en la red social X.

El exmandatario, de 86 años, ocupó el cargo entre 1990 y 2000, y había sido condenado a 15 años de prisión por vulnerar los derechos humanos, delito por el cual estuvo encarcelado hasta diciembre del año pasado, tras un polémico indulto.

La salud de Fujimori había empeorado en los últimos meses, razón por la cual vivía en la casa de Keiko, junto a ella y sus nietos en el distrito limeño de San Borja.

Precisamente, sus quebrantos de salud incidieron para que la justicia de su país le permitiera dejar el penal de Barbadillo, donde también están alojados otros ex mandatarios peruanos: Pedro Castillo y Alejandro Toledo.

Por su parte, la administración de la actual presidenta Dina Boluarte afirmó en un comunicado que «seguirá estrictamente los protocolos fijados por la cancillería». Es decir, le rendirán 
honores de Estado.

Durante los últimos meses Fujimori había tenido un papel activo en las redes sociales, tratando de limpiar su imagen, y hasta se afilió al partido Fuerza Popular, liderado por su hija Keiko, quien ya se postuló en tres oportunidades a la presidencia, aunque nunca logró su objetivo.

De todas maneras, Keiko aseguró que su padre era la carta principal de su agrupación de cara a las elecciones generales del año próximo: «es él quien debe llevar la batuta. Yo dejaría que 
sea mi padre el líder de esa plancha presidencial».

Diez años de mano dura

Luego de haber alcanzado la presidencia, a comienzos de la década del ’90, Fujimori disolvió el Congreso, clausuró la discusión política e impuso un régimen de mano dura.

Además, estableció un estricto ajuste económico y una devaluación feroz para tratar de contener la inflación, que al momento de su asunción era de casi 400 por ciento mensual.

El dirigente, de ascendencia japonesa, había sido condenado por delitos de lesa humanidad, ya que se lo responsabilizó por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, en 1991 y 92, 
respectivamente. Además, se lo vinculó a los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer Ampudia, como así también a hechos de espionaje y corrupción.

Cuando asumió, como sucesor de Alan García, Perú atravesaba una grave crisis económica y además estaba inmerso en un  conflicto armado interno debido a la acción de los grupos 
terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru.

Su popularidad tomó impulso luego de la captura del líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, y otros miembros claves de esa organización terrorista, que provocó más de 12 mil asesinatos.

Tras dos períodos como presidente, Fujimori inició su tercer mandato pero a fines de 2000 se difundió un video que mostraba a uno de sus asesores, Vladimiro Montesinos, sobornando a un legislador opositor. Luego de ese episodio el entonces presidente se refugió en Japón y renunció a su cargo mediante un fax.