La revuelta se ocasionó porque un detenido tenía fiebre
Esta tarde se dio un intento de motín en la comisaría 9na de Villa Caraza, en el partido de Lanús, zona sur del conurbano, porque un detenido que cumplía arresto dentro de un calabozo presentó síntomas de gripe. Según confirmaron fuentes de la municipalidad de ese distrito, el detenido que “tuvo “fiebre” y aseguraron que la seccional no está tomada por los presos y que en estos momentos se trabaja para llegar a un acuerdo.
Además, agregaron que personal del Ministerio de Seguridad provincial está en el lugar también dialogando con los internos para apaciguar el conflicto. Las mismas fuentes sostuvieron que no es un montín “como el que sucedió en Devoto sino que simplemente están haciendo una revuelta dentro de los calabozos”
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La situación apareció unas semanas después de que el conflicto en las cárceles del país pareciera estar más controlado después de la polémica que se dio con los pedidos de morigeraciones de las penas para descomprimir los penales, que se encuentran en una situación de hacinamiento a lo largo del país.
El clima se distendió una vez que el miércoles pasado, los presos de la cárcel de Devoto y las autoridades llegaron a un acuerdo tras el violento motín de unas semanas atrás. En una mesa de diálogo de la que participó el gobierno nacional, el Servicio Penitenciario y los representantes de los pabellones involucrados, se comprometieron a retomar el funcionamiento normal de establecimiento en todos los aspectos de seguridad, alojamiento y disciplina.
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De esa reunión hubo siete puntos acordados:
1) Conformar un grupo de trabajo que aborde la temática penitenciaria en forma “integral”, fuera de este contexto pero que trabajaría en paralelo con esta mesa de diálogo, sumando distintos actores sociales y representación del colectivo de personas privadas de la libertad más allá de las ya asumidas representaciones del Estado.
2) Dar por concluido el “conflicto/reclamo colectivo” iniciado el 24 de abril y a raíz de esto todos los actores de esta mesa de diálogo deben arbitrar los medios necesarios para retomar el normal funcionamiento del establecimiento en todos los aspectos de seguridad, alojamiento y disciplina con los recaudos de profilaxis en virtud de la pandemia declarada.
3) Mantener el compromiso de continuar y reforzar el mejoramiento de las condiciones de higiene, salud, prevención del COVID-19 (siguiendo los protocolos del Ministerio de Salud de la Nación, SPF y OMS) y en la alimentación como fuera asumido.
4) Trabajar en el mejoramiento de los criterios criminológicos e informes que elabora la autoridad penitenciaria.
5) Mantener la periodicidad de las reuniones de esta mesa de diálogo donde se pondrá en conocimiento de los integrantes del avance de los trabajos realizados en diferentes áreas y que fueran objeto de las solicitudes de los representantes de los internos.
6) Mantener el compromiso asumido respecto de la evitación de traslados como consecuencia de los hechos ocurridos el viernes 24 de abril.
7) Los representantes de los pabellones ofrecen colaborar con las refacciones y/o reparaciones edilicias en lugares de alojamiento como así también presentaron un proyecto denominado “Ayuda Humanitaria” para la confección de productos de higiene y salud en el marco de la pandemia.
El motín estalló el 24 de abril cuando un grupo de detenidos se reveló exigiendo medidas por el coronavirus: «Pedimos hisopado para toda la población. No nos condenaron a muerte, nos condenaron a las penas que estamos pagando. No pedimos escaparnos, no queremos que nos maten, pedimos salud y el derecho a la vida. No queremos que nos encierren para morir como ratas, no queremos morir”, remarcaron.
Todo comenzó unos días previos, cuando se confirmó que un agente del SPF con rango de subayudante dio positivo por coronavirus y, a raíz, de eso, sacaron a cuatro presos para hacerles test porque tenían síntomas compatibles.