No pudieron encontrar elementos para llevar a Morla a una indagatoria en esta causa por el presunto delito de "homicidio con dolo eventual"
Por Diego Recchini – Télam
Matías Edgardo Morla, ex abogado y apoderado de Diego Armando Maradona, y algunos miembros de su entorno, declararon esta semana en la fiscalía de San Isidro pero en carácter de testigos, lo que deja claro que a 11 meses del deceso del astro del fútbol, para los fiscales no hay elementos para imputarles responsabilidad en la muerte del «10», algo pretendido por dos de las querellas.
Siendo «el segundo de Diego, su mano derecha», tal como él mismo se definió al declarar el lunes pasado, los fiscales Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra, tardaron casi un año en convocar a declarar a Morla.
Fue una cuestión estratégica, ya que se sabe en ámbitos judiciales que si algún protagonista de un caso no es llamado a declarar como testigo -bajo juramento de decir verdad-, es porque lo están investigando como posible imputado.
Y eso sucedió con Morla: lo investigaron, pero no pudieron encontrar elementos para llevarlo a una indagatoria en esta causa por el presunto delito de «homicidio con dolo eventual», en la que sí están imputados siete profesionales de la salud, presuntamente por haber tenido señales de que Diego se podía morir y no haber hecho nada para evitarlo.
«Más allá del rol que ocupaba como cabeza de todo el mundo Maradona, hemos analizado toda la prueba, las declaraciones, los chats, audios y conversaciones, y objetivamente no hay elementos que permitan imputarle responsabilidad en lo que fue el deceso. Era el abogado, no el médico», dijo a Télam uno de los investigadores judiciales de la causa.
El propio Morla dejó en claro el mismo concepto en varios tramos de su testimonial con frases como: «Soy abogado, no médico»; «lo mío, como abogado, no implicaba meterme en esa cuestión»; «como abogado no puedo opinar del tratamiento médico» y «yo no tengo conocimientos médicos».
Una visión opuesta tienen en la causa los abogados querellantes Mario Baudry, quien representa al hijo menor que el «10» tuvo con su pareja, Verónica Ojeda, y Federico Guntin y Marcelo Sverdlik Warschavsky, los letrados de Dalma y Gianinna Maradona, quienes siempre consideraron a Morla como el máximo responsable de la muerte del excapitán dela selección argentina campeona del mundo en México 86.
Con Baudry, Morla se cruzó fuerte en la misma testimonial, donde lo acusó de «corrupto» y de mal desempeño de sus funciones por no haber denunciado cuando era funcionario del Ministerio de Seguridad bonaerense, que sabía que a Maradona lo cuidaba un prófugo -por Carlos «Charly» Ibáñez-, y que le suministraban marihuana.
En declaraciones a Télam, Baudry vinculó a Morla con «mafias» y dijo que a Diego «lo dejaron a su suerte y murió solo y pobre».
Ya en un escrito que había presentado en junio pasado, el abogado de Dieguito Fernando sostuvo que «Maradona les servía más muerto que vivo» y por ese motivo pusieron «profesionales que no contaban con la experiencia y el conocimiento suficiente para tratarlo, realizando maniobras que impidió que su familia tuviera acceso a él, y que otros profesionales pudieran tratarlo, le proveyeron drogas licitas e ilícitas para agravar su cuadro de salud, tratando de generar una muerte que pareciera natural».
Los abogados de Dalma y Gianinna también plantearon el mes pasado, en el escrito que generó la citación de Morla y su entorno como testigos, que la investigación no se agote en los médicos y que se investigue si había alguna razón por la que su papá «debía morir».
«Una vez más nos preguntamos, no por qué Diego Armando Maradona murió, sino por qué debía morir», señalaron los abogados de las hijas que el futbolista tuvo con Claudia Villafañe.
Esta querella fue también la que logró que el juez de Garantías de la causa aparte a Morla del expediente como abogado de tres de las hermanas de Maradona que también fueron tenidas en cuenta como particulares damnificadas.
La batalla entre los herederos del exDT de Gimnasia y Esgrima y Morla, se libra también en otras causas repartidas en juzgados de Capital Federal o bonaerenses, donde se denunciaron mutuamente: por las marcas, por los bienes, por presuntos fraudes o por sentirse hostigados en redes sociales.
En tanto, el miércoles fue el turno de la ampliación de las testimoniales de Christian Maximiliano Pomargo, exmano derecha de Maradona y además cuñado del abogado Morla, y del sobrino del Maradona, Jonathan Alejandro Espósito.
«Maxi» y «Jony» apuntaron contra médicos y enfermaros de la internación domiciliaria en la casa de Tigre al asegurar que ellos advirtieron que lo vieron a Diego «hinchado» -un signo del edema pulmonar y la falla cardíaca que le terminó causando la muerte»-, y que nadie hizo nada al respecto.
Y tal como había declarado su jefe Morla, dejaron en claro que quien tomaba las decisiones en todo -la dieta, la compra de alcohol o la expulsión de los acompañantes terapéuticos, los enfermeros o los médicos que iban a controlarlo, entre otras cuestiones-, era el propio Maradona.
«El manejo de esa casa lo tenía Diego Maradona, él decidía todo», dijo Espósito.
Los abogados de Dalma y Gianinna creen que mintieron para cubrirse de manera recíproca y los denunciaron por «encubrimiento, falso testimonio y estafa procesal».
Si bien se habían programado también para la semana que pasó, para el próximo lunes, a las 10 y a las 13, se reprogramaron las declaraciones testimoniales en la Fiscalía General de San Isidro de otras dos personas cercanas a Morla: la contadora Andrea Trimarchi y la escribana Sandra Verónica Iampolsky.
Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 al mediodía, en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre, donde transitaba la internación domiciliaria que está bajo investigación penal en la justicia de San Isidro, y por el caso hay siete profesionales de la salud imputados por «homicidio simple con dolo eventual».