El arzobispo de Rosario consideró que la sociedad argentina no venía bien y el coronavirus “agravó las cosas”. Además, en diálogo con CLG, analizó la realidad social y de los trabajadores, y el protocolo del aborto
En el marco de una celebración particular del Día de San Cayetano, Monseñor Eduardo Martín, arzobispo de Rosario, dialogó con CLG sobre esta fecha tan importante para la sociedad. También, ahondó en otros temas de actualidad, como la pandemia y la grave situación socioeconómica que genera, las dificultades para los trabajadores y el protocolo del aborto.
Desde la sede del Arzobispado, Martín expresó su extrañeza ante la imposibilidad de que “el pueblo de Dios, el pueblo creyente no pueda ir a San Cayetano a rendirle la devoción al santo del pan y el trabajo, al padre de la providencia”. “Las circunstancias nos obligan a celebrar de otro modo. La santa misa y la procesión no se pueden hacer este año. Gracias a la tecnología y al Estado provincial que ofreció su canal para transmitir la misa a las 15.30, cada uno lo pudo seguir desde su casa”, añadió.
Asimismo, el arzobispo de Rosario pidió “encenderle una vela, rezarle y pedir sobre todo por trabajo, hoy más que nunca, dado que las consecuencias de la pandemia y de la cuarentena han implicado el cierre de muchos negocios, la caída del empleo y no sabemos hasta dónde afectará esto”.
En la misma línea, el prelado afirmó: “Familias que antes tenían su trabajo o su changa hoy están teniendo que ir a pedir ayuda. Hay mucha gente sufriendo, es momento para poner la confianza en Dios y pedirle a San Cayetano que no nos deje faltar a nuestras familias el pan y el trabajo de cada día”.
Martín consideró que la sociedad argentina “no venía bien” y que la pandemia “ha agravado las cosas”. Mostró especial preocupación por el ámbito educativo y aquellos niños de sectores humildes que hace casi diez meses que no tienen contacto con la escuela, porque hubo pocos días de clases. “Muchos no van a retomar después de esto”, vaticinó con tristeza.
“Va a haber un deterioro en distintos ámbitos: educativo, laboral, social. Hay una caída que trae sufrimiento y angustia. Frente a esto tenemos que actuar con solidaridad, con amplitud de mira, con magnanimidad, juntos. La clase dirigente tiene que dejarse de pelear y buscar el bien del pueblo, porque como ya dijo el Papa estamos en una barca común, somos una familia. Nadie se puede salvar solo”, aseguró.
Economía, trabajadores y asistencialismo
Monseñor Martín ahondó en el tema económico y la grave situación que muchos trabajadores enfrentan tras cuatro meses de pandemia. Se refirió a la necesaria asistencia alimentaria que muchas personas recibieron en esta emergencia sanitaria, pero reafirmó la necesidad de crear puestos laborales y dignificar a las personas.
“Creo que los que están con mayores dificultades son los privados, porque el Estado no quiebra. Esa es la dificultad que encontramos hoy, los gremios tienen que buscar el interés de los trabajadores”, indicó. Y agregó: “Hay iniciativas interesantes, sé que hubo un encuentro entre CGT y empresarios, sin que los haya convocado el Estado, para tratar de buscar soluciones. Esas son cosas que a uno como obispo lo alientan. Eso es muy importante en este momento de crisis”.
Sin embargo, al hablar de asistencialismo o clientelismo, Martín analizó: “Es uno de los riesgos que corremos y en cierta medida en Argentina se ha dado. La verdadera ayuda social, tiene que pasar del asistencialismo a la promoción humana. Nosotros creemos que hay que hacer de cada persona un protagonista de su propio destino. Que cada argentino pueda ganarse el pan con el sudor de su frente, eso es digno”.
“Una frase sintética y certera es: ‘trabajo sin pan es explotación, pero pan sin trabajo es humillación’. En una emergencia como la actual sí, hay que dar. Pero cuando el Estado le dice a alguien ‘toma esta ayuda, vos no servís para nada, tu vida no aporta nada, tus manos no sirven para producir, para trabajar, tu inteligencia no sirve, pero para que no te mueras, te damos esto’, eso es indigno, es humillación y hay que salir de eso”, continuó. Y concluyó: “Hay que buscar que cada persona tenga las posibilidades para desarrollar los talentos que Dios le dio. El derecho al trabajo es fundamental en la vida de una sociedad”.
Protocolo para el aborto y adhesiones
El arzobispo de Rosario emitió su opinión en relación a la reciente adhesión del gobierno porteño al protocolo para el aborto: “Esto para nosotros es totalmente negativo”. En la misma línea se refirió a los que rigen en la provincia y en la ciudad. “Con distintos signos políticos, hay una misma línea transversal de una cultura que, como la llama el Papa Francisco, es del descarte”, dijo.
“Hay argentinos que merecen vivir y otros no, entonces vamos a legislar aunque el parlamento votó en contra de la ley del aborto. Pero a través de resoluciones ministeriales las están haciendo casi ley y abriendo las puertas al aborto, incluso con más facilidades”, expresó Martín. Y aseguró: “Nos parece lamentable, un retroceso en la civilización”.
“En un tiempo de pandemia, cuando estamos haciendo el esfuerzo de salvar tantas vidas, por qué no hacemos el esfuerzo de salvar las vidas cuando una madre siente la tentación de abortar. Puedo comprender a una mujer que haya abortado, porque pudo haber estado en una situación desesperante, pero decir que eso es un bien, un derecho, como si trajera felicidad a nuestra sociedad. Hay más felicidad por la vida, no por la muerte de un ser humano. Tenemos que hacer todo lo posible para que no haya abortos en la Argentina, porque amamos la vida. Que las leyes favorezcan la vida, no la muerte”, concluyó.
Reforma judicial
En el final de la entrevista, Martín hizo alusión al proyecto de reforma judicial presentado recientemente, que se está debatiendo. “En este momento está todo puesto en crisis. Es una ocasión para replantear las cosas en busca de una justicia largamente esperada”, afirmó.