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Te Deum del 25 de mayo

Monseñor Martín: «Nos preocupa que hoy se ponga en duda el derecho a la vida»


En el tradicional Te Deum del 25 de Mayo, el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, aludió al debate de la despenalización del aborto, tema que se votará en la Cámara de Diputados el próximo 13 de junio: «nos preocupa que hoy se ponga en duda el derecho a la vida», enfatizó. El prelado se expresó también respecto del destino social, y en ese aspecto dijo que la autoridad debe tener un «compromiso responsable en bien de todo el pueblo». Preocupación, pero sin perder la esperanza fue otro de los mensajes: «Los negros nubarrones que se ciernen nos preocupan, pero la esperanza siempre está levantándose cada mañana», dijo monseñor Martín

«Reconocer lo que es verdad nos hace humildes; y la primera verdad es que todo es don gratuito que viene de Dios: el sol, el aire, la tierra, la propia vida humana», manifestó monseñor Martín. «Ninguno de nosotros -siguió- pidió venir a este mundo, pero ¡qué agradecidos estamos a nuestros padres y a Dios por existir, por poder andar la fascinante aventura de la vida humana!. Hemos sido creados, somos criaturas. Todo lo demás, lo que podemos elaborar con nuestra inteligencia y nuestro trabajo es respuesta a ese don. Por eso damos gracias al Señor, pues en la raíz de todo está el don, la gratuidad. Hoy damos gracias a Dios por el don de la Patria que Él tan generosamente nos ha prodigado.

El arzobispo señaló que «la hora de nuestro país nos llama a un compromiso responsable en bien de todo el pueblo. De un modo especial a quienes ejercen autoridad, que como tal tienen como misión velar por ese bien común y gestionarlo. La autoridad está puesta para ayudar a que el conjunto de la sociedad crezca. La palabra tiene su raíz en el latín: «auctoritas», que a su vez viene del verbo “augere” que quiere decir “hacer crecer”. Cumple la función de un padre o madre de familia que busca el bien de todos sus hijos protegiendo a los más débiles para que también crezcan en su medida.

Subrayó que «es una tarea de cuidado, de protección para el crecimiento, no para ahogarlos o sustituirlos, sino para que se desarrollen plenamente. Es obra y servicio de amor. Dice el salmo acerca de la autoridad: “Tendrá compasión del débil y del pobre y salvará la vida de los indigentes”.

Sobre el aborto

En otra parte de su homilía el dignatario eclesiástico fue contundente: «Nos preocupa que hoy se ponga en duda el derecho a la vida que es el primer derecho humano. Con mis hermanos Obispos del Litoral quiero expresar la firme convicción de que cada niño que está viniendo a este mundo merece ser bienvenido, pues todo ser humano es un don, con su dignidad inviolable de ser persona, imagen de Dios. Propiciamos una cultura de la inclusión, que no descarte a nadie por ninguna razón. Rechazar la vida que empezó su camino es signo de una cultura del descarte y la exclusión que nos deshumaniza, empobrece y contradice el dato duro de la ciencia.

«El drama humano de una madre que se ve en el dilema de abortar a su hijo -continuó- implica diversos actores, pero nunca un problema humano se puede resolver eliminando a uno de ellos; siempre se debe solucionar procurando salvar a todos. Comprendemos la situación de muchas mujeres que frente a graves dificultades se ven tentadas de recurrir al aborto como solución. El aborto nunca es gratuito, deja huellas muy profundas, tanto a nivel biológico, psicológico como espiritual. Las animamos, a que con coraje, lleven adelante la vida de su hijo; al verlo nacer seguramente les traerá una gran alegría.

«A las madres que hayan optado por el aborto les anunciamos nuevamente que la última palabra sobre la existencia humana es siempre la misericordia».

Mensaje para legisladores

Los legisladores no estuvieron ausentes en la homilía preprada por el arzobispo de Rosario. En ese sentido dijo: «A los legisladores les animamos a que con inteligencia y sabiduría, respetando la verdad y el bien, busquen aprobar leyes que ayuden a que toda mujer se sienta protegida y acompañada en su embarazo. Así, en las leyes se mostrará que somos una sociedad fraterna, generosa e inclusiva”.

Los pobres y necesitados

La pobreza y el destino de los más vulnerables fue otro de oos temas tratados: «Nos preocupa también la situación por la que atraviesan nuestros hermanos más necesitados. Es bueno recordar lo que nos dice el libro de Job: “Si rehusé a los pobres lo que ellos deseaban y dejé desfallecer los ojos de la viuda; si comí yo solo mi pedazo de pan, sin que el huérfano lo compartiera… ¡Qué mi espalda se desprenda del cuello y mi brazo sea arrancado de su juntura! Y más adelante: “Si deposité mi confianza en el oro y dije al oro fino: tú eres mi seguridad; si me alegré de tener muchas riquezas y de haber adquirido una enorme fortuna; también eso sería un delito reprobado por los jueces, porque yo habría renegado del Dios de lo lato”.

El arzobispo fue contundente: «Es deber de la autoridad tomar medidas prudentes para que los más débiles sean atendidos en sus necesidades, especialmente teniendo en cuenta el gran índice de pobreza que no se logra bajar significativamente y que desde hace varios años no se perfora el límite de la pobreza estructural. El drama de las adicciones que tiene esclavos, especialmente a tantos jóvenes que ni estudian ni trabajan. Y es también hora de no poner la confianza en el dinero en forma desmedida, llegando a idolatrarlo, pues nos trae muchos males, como estamos padeciendo hoy. Decimos, no a la idolatría del dinero, no a la idolatría del mercado. Sí, a una economía donde el centro sea siempre la persona humana con su dignidad.

Necesidad de diálogo

La unidad el diàlogo otro de los temas propiciados por Martíun cuando manifestó que «los problemas no los resuelve uno solo, por ello se necesita un mayor diálogo entre todos los sectores para acordar pasos seguros, ciertos, que nos vayan encaminando hacia un sendero virtuoso de progreso integral.
Diálogo amplio, sincero, veraz con la mirada puesta en el bien del pueblo, dejando intereses sectoriales, partidarios, o electoralistas y pensando solamente en el bien común.

Los negros nubarrones que se ciernen nos preocupan, pero la esperanza siempre está levantándose cada mañana, la pequeña esperanza que nace de la bondad de Dios que nos la dona, y que es la característica de la juventud: toda ella esperanza.