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Mitos y verdades de las subastas, un negocio que quiere abrirse


Para algunos, el mundo de las subastas es inaccesible, reservado para unos pocos de gran poder adquisitivo y muy celosos de sus espacios. 

Sin embargo, cada vez son más las personas que se acercan a las subastas de arte para comprar objetos y obras de arte como cualquier cliente regular. 

Martín Saráchaga, uno de los referentes del sector en la Argentina, explicó que lo primero que explica es que «hay que perder el miedo a acercarse al arte y a las subastas». 

«No hace falta ser un erudito para comprar un cuadro, escultura o cualquier obra; sino que con que te guste ya es suficiente», señaló Saráchaga. 

En la Argentina, las subastan son un negocio que mueve más de 40 millones de dólares al año, al cual puede acercarse cualquiera con ganas de adquirir algo único, ya que, como aseguró Saráchaga, «con 500 dólares tranquilamente se puede comprar obras de arte». 

El mito dice que éste es un mundo para unos pocos, con grandes presupuestos y cierto rango de edad, aunque el experto aseguró que el público se ha ampliado, ya que comienzan a acercarse nuevos compradores con diversos perfiles y poder adquisitivo. 

«El arte es más accesible de lo que se cree», destacó el especialista. 

En una subasta de arte hay mucho más que cuadros de pintores reconocidos, ya que se pueden encontrar libros y mapas antiguos, esculturas de los grandes maestros argentinos, documentos históricos, esculturas de mármol, arte oriental, platería colonial y criolla y actualmente, también vinos de guarda. 

Saráchaga, quien además de Director de la Casa que lleva su nombre –ubicada en Rodríguez Peña 1778- también se ocupa personalmente de presidir las subastas y convertirlas en una experiencia entretenida y enriquecedora. 

¿Cómo participar de una subasta?. 

Para participar existen dos instancias: . 

La primera corresponde a la exhibición, donde se puede acceder de dos maneras: entrando a la web de la casa de subastas en cuestión, donde se pueden consultar los catálogos con los lotes. 

También se puede visitar la exhibición de manera presencial, y en este caso el lugar dependerá de la casa que organice la subasta. 

La segunda instancia es la subasta propiamente dicha, cuya dinámica consiste en la puja de obras y objetos. 

Los interesados lo hacen ya sea vía telefónica, oferta bajo sobre, o directamente de manera presencial. 

Hoy, en el rubro todos coinciden en la importancia que tiene que los jóvenes y gente no habituada haya comenzado a acercarse a comprar arte y a participar. 

Saráchaga, que tendrá su próxima exhibición y posterior subasta tendrá lugar en el mes de septiembre, invitó a la gente a «perder el miedo y a acercarse al arte desde una mirada más innovadora».