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Mitos y verdades: ¿cómo afecta el factor psicológico en el asma?


Por Dr. Marcos Hernández (*)

Un tema frecuentemente consultado tanto por pacientes como por la población en general es el de la influencia de los aspectos psicológicos en el asma. Si bien es innegable que las emociones nos afectan, y particularmente influyen en el comportamiento del asma, es fundamental preguntarnos ¿hasta qué punto? 

El asma es causada por factores psicológicos o estrés: FALSO
Se trata de una enfermedad física que conduce al desarrollo de hiperreactividad de la vía aérea (obstrucción bronquial) a partir de desencadenantes como los irritantes respiratorios. Ahora bien, en este proceso, además del aparato respiratorio y del sistema inmunitario, están involucrados el sistema endócrino y nervioso. Se trata de una enfermedad de origen multifactorial y heterogénea que no puede limitarse del entorno psíquico, social y ambiental.

El estrés puede causar síntomas de asma en una persona asmática: VERDADERO
El estrés psicológico puede generar síntomas de Asma en una persona que ya tiene asma, por lo que controlar estas situaciones puede ayudar consecuentemente a visualizar una mejora en algunos pacientes. No obstante, los pacientes asmáticos necesitan un tratamiento respiratorio específico para lograr adecuado control de la enfermedad.

El asma siempre genera sensación de asfixia: FALSO
Existen miedos en relación con la enfermedad, la angustia y preocupación que genera la palabra «asma», entendida como aquella patología que genera siempre cuadros asfixiantes e incapacitantes y desconociendo que también puede manifestarse a través de síntomas leves, como silbidos en el pecho de manera aislada, tos o sensación de falta de aire que se auto limita. Y, sobre todo, desconociendo que con tratamiento se logra una vida sin limitaciones ni síntomas en la gran mayoría de las personas.

Los ataques de pánico pueden confundirse con asma: VERDADERO
Los síntomas de ansiedad o de ataques de pánico a veces pueden confundirse con asma, y algunos síntomas de Asma pueden confundirse con alteraciones emocionales como la ansiedad o la angustia. Por eso resulta fundamental la evolución respiratoria y la valoración objetiva de esos episodios a través estudios diagnósticos fundamentalmente la espirometría, que permite objetivar obstrucción bronquial.

También existen creencias erróneas sobre la medicación que generan miedo a los pacientes, como que los corticoides inhalados y broncodilatadores producen adicción, problemas cardíacos o aumento de peso de manera significativa. Esos miedos pueden influir negativamente en el estado emocional del paciente que aún no ha comenzado su tratamiento, pero gran cantidad de estudios han demostrado que con las dosis adecuadas se logra controlar la enfermedad -es decir, no presentar síntomas y no tener crisis o exacerbaciones- con consecuente mejoría del estado de salud en todo su sentido. Las personas con asma se benefician de los corticoides inhalados y los broncodilatares cuando están adecuadamente indicados por el médico. En estos casos, los beneficios siempre superan a los posibles efectos adversos, cuya gran mayoría son leves y transitorios o reversibles.

En conclusión, el estrés y las emociones afectan y pueden desencadenar síntomas de asma en los pacientes que ya la padecen. Los profesionales de la salud debemos esforzarnos por lograr valoraciones objetivas de la obstrucción bronquial que esta enfermedad produce. Los controles con el neumólogo ayudarán a entender que se trata de una enfermedad crónica pero que a través de un correcto tratamiento se puede vivir sin limitaciones.

 

(*) Coordinador de la Sección Inmunología y Enfermedades Obstructivas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.