En esa segunda cita, dos hombres pidieron 400 mil euros por el Stradivarius. Cifra que fue aceptada por el agente encubierto, diciendo que reuniría el dinero dentro de pocos días. En ese momento, Guardia Civil decidió no actuar y perseguirlos, por temor a que la joya del siglo XVIII se dañara. Sin embargo, montó un operativo de control falso en la ruta para que no sospecharan que se trataba de un plan para detenerlos a ellos. Así fue. Al llegar a un control en las afueras de Carmona, en Sevilla, los vendedores fueron descubiertos. Aunque negaron conocer la existencia del instrumento, aduciendo que alguien más lo había introducido en la camioneta. El objeto fue examinado posteriormente por dos expertos que determinaron que era una falsificación de los siglos XVIII o XIX dadas las características de la inscripción grabada en él y la madera empleada en su fabricación. Otros especialistas, sin embargo, calcularon que su precio rondaría los tres millones de euros. Hoy en día, el stradivarius aparece como auténtico en la página web donde la Guardia Civil hace públicas las incautaciones de obras de arte. Muchos esperan que el juez que lleva adelante el caso autorice que el violín sea llevado a técnicos de Alemania, para que allí se compruebe su autenticidad. El instrumento incautado se encuentra en las dependencias de la Guardia Civil en Córdoba. Es el juez el que debe dar una respuesta sobre qué hacer con él: enviarlo a Alemania, destruirlo si es falso o, incluso, devolvérselo a los que lo intentaron vender: tener un stradivarius que nadie reclama, réplica o no, no es delito. Aunque no se tengan papeles. Sin dudas, el misterio en torno al violín continúa.]]>
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