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Millones de dólares en armas: lo que gastan los países en un mundo que sufre por hambre


Las grandes naciones del mundo ponen a disposición de la guerra cifras económicas impactantes. Conocé como se preparan EE.UU., China y Rusia

Recursos multimillonarios, con cifras insólitas e irrisorias, destinadas únicamente a fines bélicos y a una carrera armamentista que está en auge y que atenta contra toda la sociedad. Las grandes naciones del mundo ponen a disposición de la guerra cifras económicas impactantes, en medio de un mundo que, mientras se invierte en la creación de armas químicas y aviones indetectables, sufre y mucho por el hambre.

Un informe difundido en 2017 asegura que el gasto militar mundial aumentó en ese año a 1,7 billón de dólares. Y el mayor porcentaje de esa multimillonaria suma, naturalmente, corresponde a las grandes potencias, que inviertan gran cantidad de sus recursos en diseñar novedosas y potentes armas, cuyos efectos atentan también contra la salud humana.

El crecimiento en sus economías y los avances tecnológicos hacen que ciertas naciones tengan a disposición armamentos o elementos bélicos que podrían destruir cualquier cosa a su paso. Sólo cinco países (Estados Unidos, China, Rusia, Arabia Saudita e India) acapararon el 60% del gato total en armas.

Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual.”
Martin Luther King

Estados Unidos, a la vanguardia

Desde hace varios años, el gigante norteamericano es el país que más recursos económicos destina a la esfera militar. En 2018, el presidente Donald Trump firmó un presupuesto récord para 2019 de 716 mil millones de dólares dedicados a distintos tipos de armamento.

«Tenemos 716.000 millones para entregar los mejores aviones, los mejores barcos, los mejores tanques y misiles en cualquier lugar de la Tierra. Nadie los hace como nosotros», dijo Trump en un discurso.

Los investigadores predicen que el gasto militar de EE.UU. seguirá creciendo «de manera significativa» en los próximos años, tal como lo viene haciendo en los últimos tiempos.

La Otan representa el 52% del gasto mundial

El gasto militar del conjunto de los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte ascendió a 900.000 millones de dólares en 2017, lo que representa entonces, según registros de aquel período, un 52% del total mundial.

EE.UU., China y Arabia Saudita figuran entre los países con mayor gasto militar a nivel mundial, mientras que Rusia muestra un decrecimiento presupuestario en ese campo, aunque no deja de estar en los primeros puestos.

China conserva la segunda plaza con un gasto estimado de 228.000 millones, un 5,6% más que en 2016 y el 13% del total mundial; por delante de Arabia Saudita, con 69.400 millones (57.685 millones de euros). Rusia, en tanto, redujo en 2017 su gasto militar por primera vez en las últimas dos décadas.

Lo expuesto, claro está, responde a las cifras oficiales dadas a conocer por los gobiernos de cada nación. Lo que hay detrás de eso, pueden ser miles de millones de dólares más que no salen a la luz y que hacen posible, por ejemplo, la creación de nuevas, potentes y destructoras armas nucleares.

Las nuevas armas que hacen temblar al mundo

Armamento nuclear que da miedo. Las nuevas tecnologías han permitido avanzar con armas que pueden destruir una nación entera y que pueden causar estragos irreversibles: generan cáncer y hasta modifican la sexualidad.

Uno de los exponentes a nivel mundial es Rusia. Su presidente, Vladimir Putin, presentó armamento nuclear como el misil balístico Sarmat con «alcance prácticamente ilimitado» y que convierte en «inútil» el escudo antimisiles de Estados Unidos.

«Nadie en el mundo tiene algo igual, por ahora. ¡Es algo fantástico!», afirmó Putin en marzo de 2018, durante el discurso sobre el estado de la nación.

«Antes de que tuviéramos los nuevos sistemas de armamento, nadie nos escuchaba. ¡Escúchennos ahora!», sostuvo el mandatario.

La referencia es al misil nuclear Sarmat SS-X-30. “Satan”, según la Otan. Se trata de una formación intercontinental pesada, capaz de portar 10-15 ojivas nucleares.

También develó que el Ejército ruso dispone de “armas láser» y «armas hipersónicas», y citó los nuevos misiles de crucero que tienen un alcance ilimitado.

Por el lado de China, un nuevo informe de la Agencia de Inteligencia de la Defensa de EE.UU. asevera que el gigante asiático está construyendo una fuerza robusta y letal con capacidades que abarcan los dominios aéreo, marítimo, espacial y de información, lo que le permitirá imponer su voluntad en la región.

China también dispone del J-20, su avión de combate ‘invisible’ a los radares, una creación magnífica desde lo técnico, pero más que temible para la humanidad. Semanas atrás, también presentó el ZKZM-500, el “AK-47 láser”, una ametralladora capaz de quemar y producir “un dolor insoportable”, según sus creadores, y con precisión y alcance como para acertar a un kilómetro de distancia.

Tienen su lugar también las llamadas armas farmacológicas o “no letales”. De acuerdo con un estudio realizado por el Centro de Investigación del Desarme de la Universidad de Bradford, varios laboratorios militares han puesto el foco en experimentar con el uso de afrodisíacos y otras sustancias que causarían actitudes homosexuales en poblaciones gobernadas por grupos fundamentalistas religiosos. Se registran también trabajos realizados con sustancias capaces de causar infertilidad y cánceres, lo que serviría para desencadenar genocidios en cuestión de décadas.

La carrera armamentista

Con base en la tecnología y en los avances en la precisión, alcance y daño que pueden hacer las armas novedosas, aunque siempre pregonando el interés por incrementar seguridad, defensa y poder de dominación, la carrera armamentista de las grandes potencias se incrementa año a año.

Estados Unidos, Rusia y China son las naciones que están en lo más alto del ranking de presupuestos militares y de desarrollo armamentista de última generación.

Es tanta la ambición que, por ejemplo Estados Unidos, desarrolló un concurso con premios en efectivo para desarrolladores que diseñaran una nueva línea de armamentos, que sea de interés norteamericano.

Más dinero invertido, más tecnología aplicada y armas potentes que ponen el mundo a merced de un botón que manejan las naciones más grandes.