La despedida popular se produjo cuando el cuerpo del autor de "Zorba, el griego", entre otros clásicos, fue depositado en la basílica antes de ser trasladado a Creta, en donde será enterrado
Miles de personas se concentraron ayer en las calles de Atenas, especialmente frente a la Catedral, para brindar su último adiós al compositor Mikis Theodorakis, fallecido el pasado jueves 2 de septiembre a los 96 años por una afección cardíaca.
La despedida popular se produjo cuando el cuerpo del autor de «Zorba, el griego», entre otros clásicos, fue depositado en la basílica antes de ser trasladado a Creta, en donde será enterrado, tal como lo había manifestado el propio músico en algunas cartas, consignan diversos diarios europeos.
Incluso, la llegada del féretro se demoró más de la cuenta por una disputa familiar en torno al lugar en que finalmente descansarían los restos del artista, que fue zanjada judicialmente a partir de los escritos que dejó, en donde expresaba de manera inequívoca sus deseos.
La demora en la llegada del cuerpo provocó que aún más gente se acercara al lugar y que se prolongaran durante varias horas los homenajes populares, a través de cantos e innumerables ovaciones.
Theodorakis es uno de los músicos más relevantes de ese país a partir de sus sinfonías y de famosas bandas sonoras para cine y televisión, en donde mostró una faceta más popular.
Pero además de películas como «Zorba, el griego» y «Sérpico», el artista quedó asociado con el comprometido cine de Costa Gavras.
En tal sentido, Theodorakis no solo destacó como músico sino también por su activismo político, que se puso de manifiesto con su afiliación al Partido Comunista, con el que mantuvo una relación tirante.
Su militancia le valió años de persecuciones, detenciones, torturas y exilio por su oposición al régimen militar que gobernó a su país entre 1967 y 1974.
Precisamente, el Partido Comunista Griego realizará mañana una ceremonia especial para despedir al compositor antes de que el jueves sea trasladado para su entierro, .
Así lo había pedido el propio artista al secretario general del partido, Dimitris Koutsoumbas, en una carta de octubre pasado en la que dejaba en sus manos la organización del funeral.
“Ahora, al final de mi vida, en una época de recuentos los detalles se han borrado de mi mente y ‘las cosas grandes’ permanecen. Me doy cuenta de que pasé mis años más cruciales, enérgicos y maduros bajo la bandera del Partido Comunista. Por ese motivo quiero partir de este mundo como un comunista”, decía un párrafo de esa misiva.