El Gobierno cerró filas en defensa de la ministra de Capital Humano y así pudo capear la embestida de la oposición, que reclama su cabeza. El fantasma de las contrataciones irregulares proyecta con fuerza su cono de sombra sobre la Casa Rosada
Por Emiliano Rodríguez – Noticias Argentinas
Justo antes de cumplir sus primeros seis meses al frente del Gobierno, el presidente Javier Milei debió transitar por una de las semanas más turbulentas desde que asumió el cargo, en la que lideró una férrea defensa corporativa de su ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, que por ahora resiste.
Con Milei a la cabeza, la administración libertaria se propuso cerrar filas en torno de Pettovello, en medio de una oleada de acusaciones de la oposición y denuncias judiciales por el escándalo del acopio de alimentos, conjuntamente con supuestas contrataciones irregulares por parte de esa cartera, mediante la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
Si bien el Gobierno se esforzó en arropar a la vapuleada funcionaria, que de momento continúa en su puesto, e intentó bajarle los decibelios al revuelo, está claro que a la gestión de Milei repentinamente le «entró una bala» que no estaba prevista y menos a estas alturas de su mandato: la «bala» de las sospechas de corrupción o al menos, de manejos que no se condicen con un ejercicio transparente de la función pública, como venía pregonando el jefe de Estado desde la pasada campaña electoral. Ese cono de sombra aún se proyecta con fuerza sobre la Casa Rosada.
Pero en definitiva, Pettovello pudo sobrevivir a una semana tormentosa -la más compleja desde que Milei asumió en la Casa Rosada para algunos analistas políticos-, en la que incluso surgieron versiones sobre la posibilidad de que también el ministro de Salud, Mario Russo, ruede escaleras abajo, después de que el Presidente lo mantuviera en el cargo en pleno brote de dengue, apenas semanas atrás. En las últimas horas, en Balcarce 50 negaron que vayan a producirse más cambios en el Gabinete. No obstante, el ruido existe.
La polvareda levantada en torno de este asunto de los alimentos almacenados -en cantidades industriales- en galpones del Estado nacional y su presunta compra irregular generó, además, que Pettovello fuera citada por la comisión de Acción Social y Salud Pública de la cámara de Diputados para el próximo martes por la tarde, a los efectos de que brinde explicaciones.
El escándalo, y su consecuente impacto negativo para el Gobierno, escaló todavía más después de que se conocieran datos del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica sobre el aumento de la pobreza y de la indigencia en el país durante el primer trimestre del año, para llegar al 55,5 por ciento y al 17,5% de la población, respectivamente: esto significa 24,9 millones y 7,8 millones de residentes, en cada caso, en áreas urbanas de todo el territorio nacional.
Exhortado por la Justicia, el Gobierno tuvo que montar un operativo de emergencia y recurrir al Ejército para repartir toneladas de alimentos acopiados -y que iban a ser destinados a comedores comunitarios-, en medio de cuestionamientos incluso por parte de sectores de la Iglesia hacia la administración libertaria y en momentos en los que no alcanza con disponer de un trabajo estable en el país para evitar el riesgo de caer en la pobreza.
El fenomenal ajuste que lleva adelante Milei desde que juró como Presidente el 10 de diciembre pasado en procura de su tan mentado «déficit fiscal cero» ocasionó, además de una profunda recesión y una consecuente destrucción de empleos formales, que cada vez más gente demande raciones de comida que reparten ONGs o bien se entregan en centros religiosos en la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo.
En este sentido, el pasado miércoles el arzobispo porteño, Jorge García Cuerva, suscribió un poderoso «mensaje para el Gobierno» al habilitar la Catedral Metropolitana para servir alimentos a personas carenciadas, a escasos metros de la Casa Rosada. Estos chispazos en la relación de la Iglesia con la gestión de Milei comenzaron a producirse en un contexto de expectativa creciente frente a la posibilidad de que el papa Francisco finalmente visite su tierra natal.
Días atrás, en el marco de un seminario en El Vaticano, el Sumo Pontífice advirtió que «ningún Gobierno puede exigir a su pueblo que sufra privaciones incompatibles con la dignidad humana» y pidió no ser indiferentes ante «la multitud de hermanos con hambre». ¿Le habrá enviado un tiro por elevación a Milei? A propósito, la semana que viene se espera que el Papa y el presidente argentino coincidan en Italia en la cumbre del Grupo de los Siete (G7), que se celebrará del 13 al 15 de junio en Fasano.
Está previsto que el mandatario nacional llegue a Italia el próximo miércoles, el mismo día en el que se tratará en el Senado la Ley de Bases dos y el paquete fiscal, tras el laborioso dictamen de comisión conseguido y concebido por el Gobierno. De todos modos, si aquello fue visto como un auspicioso comienzo de la gestión de Guillermo Francos como jefe de Gabinete, definitivamente el oficialismo sufrió la semana pasada un ruidoso traspié legislativo en Diputados.
Allí, Juntos por la Patria (JxP) y la izquierda se aliaron con el radicalismo y otras fuerzas para votar una nueva fórmula de movilidad jubilatoria. Milei, que prometió vetar la iniciativa en el caso de que el proyecto prospere en el Senado, fustigó a quienes la respaldaron en la Cámara baja, al calificarlos como «degenerados fiscales» que pretenden «sabotear» el superávit en las cuentas públicas que el líder libertario se jacta de haber alcanzado en apenas meses de gobierno.
A ese mismo recinto parlamentario se espera que regresen la Ley de Bases bis y el paquete fiscal, en el caso de que ambas propuestas reciban luz verde el próximo miércoles, aunque sufriendo modificaciones -como está previsto que suceda-. El día de su tratamiento en la Cámara alta, el sindicalismo junto con movimientos sociales marcharán al Congreso para rechazar las dos iniciativas que Milei considera cruciales para su gestión: «Se convierten en héroes o en traidores», advirtió este viernes el dirigente gremial Pablo Moyano a los senadores.
Para la Confederación General del Trabajo (CGT), la Ley de Bases dos «destruye a las industrias y va a destruir a los trabajadores», según planteó el propio Moyano. En este sentido, un relevamiento de la consultora Ecolatina indicó que producto de la recesión, que en algunos sectores ya comenzó a transformarse en depresión incluso, se perdieron unos 120 mil empleos formales durante el primer trimestre del año.
Al respecto, el presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, advirtió en las últimas horas que «si se mantiene el escenario económico actual, en la segunda mitad del año habrá más despidos y cierres de fábricas». «Vamos a entrar en una gran crisis social con la cantidad de pymes que van a cerrar», aseguró, e insistió en que «la situación laborar va a empeorar» en el país, por lo que unos «300 mil puestos de trabajo» estarán en riesgo en pequeñas y medianas empresas.
Fuentes del sector consultadas por Noticias Argentinas dijeron que es altamente probable que el índice de desocupación alcance los dos dígitos en el país hacia fines de 2024, al tiempo que encendieron luces de alerta por el brutal impacto que pueda tener en el andamiaje productivo doméstico el “tsunami de importaciones” proveniente de China. «Todo eso está llegando, está en el agua ahora, en contenedores que vienen en barcos. Hasta medidores de gas nos están mandando para acá«, dijeron.
Así como en el ámbito de las pymes anticipan un deterioro de las condiciones laborales y económicas para el segundo semestre del año, la oposición política en la Argentina también prevé nubarrones de tormenta en el horizonte cercano, para el país en general y el gobierno de Milei en particular: sobre todo si la administración libertaria no logra un acuerdo con China, justamente, para renovar el swap de monedas.
Durante la semana que acaba de concluir se desplomaron los bonos el dólares, el billete estadounidense en la plaza doméstica se mostró inquieto -en sus distintas variedades- y subió el riesgo país, con operadores del mercado especulando con lo que pueda ocurrir con las reservas del Banco Central (BCRA) si la administración libertaria no llega a un punto de entendimiento con las autoridades chinas.
En este sentido, faroles rojos comenzaron a encenderse porque a fines de este mes la Argentina tiene que afrontar un vencimiento equivalente a US$ 2.906 millones y otro de alrededor de US$ 1.938 millones cuando concluya julio. Se trata de una deuda en yuanes que el BCRA debe saldar o bien renegociar con el Banco Popular de China. «En el segundo semestre nadie ve un escenario de acumulación de reservas por parte del Banco Central. Lo que el mercado dice es, ‘Acá no hay dólares’, y se mueve en consecuencia», dijo una alta fuente de la oposición, vinculada al peronismo, durante una charla de café con periodistas, incluido quien suscribe.
Asimismo, consideró que «el corazón» de los proyectos de ley que impulsa el oficialismo por estos días en el Congreso es el blanqueo de capitales. «Es la única herramienta que tiene hoy el Gobierno para juntar dólares» durante la segunda mitad del año y así evitar un drenaje significativo en las reservas del BCRA. La misma fuente consideró que es probable que antes de fines de año incluso el índice de desocupación llegue a los dos dígitos, en tanto pronosticó que se avecinan «tiempos difíciles» desde el punto de vista político, económico y también social, ya que «se está acabando la paciencia de la gente».
Por otra parte, sostuvo que la llegada de Milei al Gobierno puso de manifiesto que «se rompió el sistema político» en la Argentina, al tiempo que destacó la necesidad de «revisar» el peronismo, hacia adentro, en procura de «renovar su capital simbólico». «¿A quiénes representamos hoy?», planteó. «Esa discusión interna la estamos teniendo», agregó, y remarcó: «Tenemos que redefinir nuestras banderas, después del fracaso de nuestro último gobierno».
El mismo dirigente, de alto perfil, sostuvo que «fracasó el peronismo» en el poder durante la gestión de Alberto Fernández, «pero también fracasó Cambiemos en la oposición» con motivo de sus propias disputas. A su vez, dijo que el justicialismo tiene que evitar las refriegas internas, porque de lo contrario, es probable que vuelva a pagarlo en las urnas: «Aparte hoy Cristina (Kirchner) ya no dirime la pelea«, recalcó.
Dijo también que ese espacio político mantiene hoy un caudal de apoyo de casi 40 puntos, a nivel electorado nacional: «Es importante que tomemos conciencia de esto; toda ese gente sigue creyendo en nosotros«, dijo, y consideró que «es bueno» que un referente de la oposición como el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, demuestre «vocación nacional», pensando en los comicios generales de 2027. Aunque aclaró: «Yo lo que le diría es, ‘no corras que adelante también llueve’. (Horacio) Rodríguez Larreta -del PRO- largó antes y terminó destruido» el año pasado.
Por último, con vistas a la próxima semana, el Gobierno espera celebrar una baja de la inflación cuando se anuncie de manera oficial el jueves que viene el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo pasado. Consultoras que informan sus proyecciones al Banco Central aventuraron una variación del 5,2%, ligeramente por encima del 4,4% reportado por la oficina de estadísticas porteña para la ciudad de Buenos Aires. Si los salarios llegarán a recuperarse en algún momento después del estrepitoso deterioro del poder adquisitivo registrado en el último puñado de meses claramente es otra discusión: deberá quedar, en definitiva, para otra oportunidad.