Por Emiliano Rodríguez (*) - Noticias Argentinas
Por Emiliano Rodríguez (*) – Noticias Argentinas
El presidente Javier Milei activó esta semana el conteo de regreso a la década de 1990, que tanto dice admirar, con un recargado paquete de medidas liberales incluidas en su DNU 70/2023 y la confirmación de que enviará al Congreso otra batería de iniciativas reformistas para dar continuidad a su vendaval de políticas de «shock».
Después de aquellos anuncios iniciales del ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, horas después de la asunción de Milei -sí, cuando comunicó la eliminación de la pauta publicitaria oficial por un año, como si se tratara de un acto patriótico-, el jefe de Estado encendió definitivamente la «motosierra» y se lanzó a la carga con sus planes para desregular la economía doméstica y aplicar cirugía mayor en el funcionamiento del Estado.
Con su mega DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) de 83 páginas presentado el 20 de diciembre pasado, el mandatario sentó las bases para intentar recrear aquellos años noventa en la Argentina, cuando el caudillo riojano Carlos Menem encabezaba el Poder Ejecutivo nacional. Pero además dejó en claro que su cruzada persigue objetivos más profundos en busca de torcer el rumbo del país y terminar con un siglo de «fracasos y decadencia», como subrayó en su discurso pronunciado en las escalinatas del Congreso hace ya dos semanas.
A propósito del Parlamento, Milei acaba de convocar a sesiones extraordinarias a partir del próximo martes, después del festejo de Navidad -de bolsillos flacos-, y enviará un proyecto de ley en formato «ómnibus» para seguir adelante con las reformas que tiene en mente y que, en mayor o menor medida, fue anticipando durante la campaña electoral. Es decir, quienes lo votaron no solo para expulsar del Gobierno al peronismo kirchnerista lo dotaron en las urnas del capital político suficiente y necesario para que el líder libertario avance hoy con sus propuestas.
En este contexto, primero fueron agrupaciones de izquierda las que salieron a protestas a las calles el miércoles pasado y trastabillaron con el flamante «protocolo anti-piquetes» de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que ocasionó una merma considerable en el poder de convocatoria de Eduardo Belliboni, del Polo Obrero, y compañía. Sabiendo de antemano que «el que corta no cobra» más su plan social, muchos de los habituales concurrentes a ese tipo de manifestaciones -por iniciativa propia o bien movilizados por punteros, como solía suceder hasta ahora- decidieron no participar, al menos, en esta ocasión.
Eso por un lado, y por el otro, el peronismo kirchnerista con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, procurando embanderarse como el paladín de la resistencia, apenas 11, 12 días después de la asunción de Milei como jefe de Estado comenzó a dar señales elocuentes de que no le hará la vida sencilla, o sea: se esforzará para ponerle palos en la rueda y no dejarlo gobernar. Incluso el mandatario provincial sumó al ex candidato presidencial Sergio Massa a una reunión y posterior fotografía con la que el PJ procuró demostrar su musculatura política en el área de Buenos Aires. Ambos estuvieron acompañados por intendentes y por los camporistas Máximo Kirchner y Eduardo «Wado» de Pedro, entre otros tantos dirigentes y funcionarios del distrito.
«Compartimos la idea de la urgencia», dice el macrismo
A su vez, unos pocos días después de su estreno como jefe de Estado, Milei fue blanco de los primeros cacerolazos de rechazo, con el peronismo -que en su mayoría era menemista hace 30 años, en la década de 1990- arengando en contra de los planes del Presidente y esgrimiendo ahora una supuesta «defensa de la Patria» para repeler las políticas que intenta llevar a la práctica. Así las cosas, está claro que se avecina un verano movido en el mundillo político doméstico, sobre todo en el ámbito parlamentario, donde aún se espera la conformación de la comisión bicameral que debe analizar el mega DNU 70/2023.
En este sentido, parece claro que los legisladores de Unión por la Patria le bajarán el pulgar en masa al decreto de Milei, mientras que en Juntos por el Cambio las posturas están divididas.
Si bien el presidente del bloque de diputados radicales, Rodrigo De Loredo, le sugirió al jefe de Estado que envíe al Congreso DNUs por separado para poder analizar, y eventualmente aprobar, tema por tema, en el PRO existen quienes creen que las actuales «urgencias» de la Argentina avalan la decisión del primer mandatario.
«Nosotros, salvo por algunas diferencias con respecto a las medidas anunciadas en el DNU, estamos de acuerdo. En el bloque estamos todos estudiando y evaluando el proyecto (el decreto) con nuestros asesores, con una postura muy colaborativa», dijo una diputada del PRO a Noticias Argentinas. «Compartimos la idea de la urgencia y nos parece bien aplicar un DNU. Los niveles de crisis que existen en el país, de inflación y de pobreza ameritan esa urgencia», agregó.
Si bien Horacio Rodríguez Larreta salió a cuestionar la iniciativa de Milei, al considerar que no es «la forma» de impulsar medidas reformistas, «los diputados más cercanos» al ex alcalde porteño «no fueron para ese lado», sostuvo la legisladora consultada por esta agencia. «Nuestra posición va a ser de apoyo.
Además, el nivel de aprobación que tiene -el jefe de Estado- en la ciudadanía es muy alto, por lo que oponerse también puede traer aparejado un costo político», estimó. Por otra parte, indicó que «puede pasar que no se trate el DNU». «No descartemos que no se trate finalmente, porque viene pasando que los decretos no están siendo tratados», dijo. En ese caso, las determinaciones del Presidente quedarían firmes, al menos, desde el punto de vista formal.
Tras el llamado a extraordinarias, está previsto que la semana que viene se conformen como mínimo tres comisiones: Legislación general, Presupuesto y Constitucional, dada la reforma política y electoral que impulsa el oficialismo. Luego, durante los primeros días de enero, se espera que el Congreso comience a sesionar. En este contexto, diputados del recién creado bloque Cambio Federal, con Emilio Monzó y Miguel Pichetto a la cabeza, se reunieron días atrás con el ministro del Interior, Guillermo Francos, y con el titular de la Cámara baja, Martín Menem, para sugerirles que Milei dé marcha atrás con el mega decreto y opte por avanzar con sus iniciativas por la vía parlamentaria: con una tan mentada «ley espejo».
Los legisladores, que forman parte de Juntos por el Cambio, aunque se agruparon ligeramente aparte junto con Ricardo López Murphy, Nicolás Massot y Margarita Stolbizer, entre otros, les recordaron a Francos y a Menem lo ocurrido en 2018 con otro mega DNU motorizado en aquella ocasión por el ex presidente Mauricio Macri, que fue «bochado» en el Congreso y debió ser desmembrado antes de una posterior aprobación de tres leyes por separado. Se trataba del decreto 27/2018 de Desburocratización y Simplificación del funcionamiento del Estado que causó un amplio rechazo en el arco opositor en ese momento.
«La gente aún tiene algo de plata en el bolsillo»
Según pudo averiguar NA consultando fuentes del nuevo espacio, Monzó, Pichetto y sus colegas plantearon en la reunión que el DNU de Milei «abre la puerta para que dentro de cuatro años asuma cualquier otro Presidente y quiera cambiar todo de vuelta por decreto». «La Argentina necesita demostrar incluso hacia afuera, para que lleguen las inversiones, que no solamente una persona está queriendo hacer las transformaciones, sino que la mayoría de la dirigencia política está dispuesta a acompañarlas», agregó. «El oficialismo debería tratar de buscar consensos en ambas cámaras para intentar aprobar las reformas con fuerza de ley y evitar la incertidumbre institucional que se genera cuando, por ejemplo, se presentan amparos contra el decreto y la discusión en torno del mega DNU de Milei se judicializa», remarcó.
«Es un desgaste innecesario, porque aparte el Congreso quiere acompañar y dar las herramientas para que se legislen las medidas que impulsa el Presidente», acotó. En la misma reunión con Francos y con Menem, los diputados de Cambio Federal también recomendaron que el jefe de Estado aminore con su pirotecnia verbal en contra de lo que él tacha de «casta política». «Hoy Milei está muy empoderado y con un respaldo social alto, pero la gente aún tiene algo de plata en el bolsillo», sostuvo la fuente consultada por esta agencia. «No hay necesidad de ponerse al Congreso en contra cuando en algún otro momento es muy probable que lo vaya a necesitar», añadió, haciendo incluso mención a los marcados aumentos de precios y de tarifas que se avecinan. «Es una gran incógnita hoy cómo van a acompañar los salarios», planteó.
De momento, tras haber mordido fuerte el polvo en el balotaje presidencial del pasado 19 de noviembre, el peronismo luce dispuesto a reagruparse y resistir desde su refugio bonaerense especialmente el espasmo inicial de cambio «a todo o nada» que propone Milei, mientras gobernadores e intendentes del justicialismo, y de otros partidos también, se preparan para ajustarse el cinturón sabiendo que en cualquier momento el jefe de Estado les cierra el grifo de partidas oficiales.
¿Qué sucederá en la estratégica y populosa provincia de Buenos Aires? «El gobernador se sentía muy cómodo recibiendo el dinero que le enviaban Alberto (Fernández) y Cristina (Kirchner) y ahora va empezar a enfrentar un problema de fondos», dijo a Noticias Argentinas un jefe comunal de Juntos por el Cambio. «Entonces para recupera la plata que antes le mandaban desde la Nación planea meterles un sablazo a los vecinos, con un aumento de los impuestos patrimoniales del orden del 200 o el 300 por ciento, y así poder mantener el tamaño del Estado provincial, que el mismo Kicillof casi que duplicó en cuatro años con relación a la planta estatal que había dejado (María Eugenia) Vidal», advirtió.
Por lo pronto, el mandatario provincial procura asomar la cabeza y mostrarse como uno de los dirigentes mejor pertrechados para liderar la renovación del peronismo, aunque el propio Massa también es visto, lógicamente, como un referente dentro de ese espacio, pese a su derrota electoral ante Milei. Según pudo averiguar NA consultando fuentes del Frente Renovador, es poco probable -de todos modos- que el tigrense intente asumir en el corto plazo un liderazgo discursivo dentro del PJ, porque además considera que «el Gobierno fue votado por la gente y tiene que trabajar» para que país salga adelante.
Sí planea Massa organizar reuniones en su relanzada Fundación Encuentro de la avenida Del Libertador al 800, en la ciudad de Buenos Aires, para analizar el escenario político, económico y social de la Argentina y presentar eventualmente propuestas, junto con legisladores de su espacio y especialistas en distintos rubros. Se espera que lo acompañen también ex integrantes de su Gabinete en el Palacio de Hacienda, como Eduardo Setti, de igual modo que Juan José Bahillo o Guillermo Michel, a la espera incluso de que pueda sumarse su ex número dos Gabriel Rubinstein.
«Sergio naturalmente es un gran armador de equipos», dijo la fuente consultada por esta agencia. «Hay que ver cómo evoluciona el Gobierno lógicamente; hoy está lanzando medidas y eso genera confianza en la gente, pero nosotros lo que creemos es que a medida que avance la gestión de Milei es probable que se empiece a valorar desde otro lugar todo el trabajo que realizó Massa en materia económica», remarcó finalmente.
(*) – Director periodístico de la agencia Noticias Argentinas (NA)