Por Mario Luzuriaga
Es un presente muy bueno el que vive Miguel Ángel Tessandori, ya que el Concejo Municipal de Rosario lo ha nombrado como Periodista Distinguido de la ciudad «en mérito a su extensa y destacada trayectoria vinculada a los medios de comunicación masiva y al periodismo radial y televisivo”.
No hay que olvidarse que también es parte del espectáculo local ya que ha participado de obras teatrales y también tuvo dos unipersonales.
Es por esto que será reconocido este viernes a las 10 en el Palacio Vasallo por iniciativa del ex concejal Carlos Comi, pero antes de esta distinción dialogó con CLG.
—¿Cómo recibís esta distinción que te entrega el Concejo Municipal?
—Bueno esto yo ya lo sabía desde hace más de un año, pero justo sucedió cuando yo tenía el compromiso de la operación de mi hijo y lo fuimos postergando. A pesar que la situación se complicó también por algo de mi hija, tuvimos que dar un corte y recibirlo. La recibo con muchísimo gusto.
—Imagino que te acompañarán tus seres queridos a la ceremonia.
—Sí, además la gente puede ir y convoqué a mis familiares y amigos más cercanos. Es un acto protocolar y que yo atesoraré como siempre hago con mi carrera, que fue perfeccionarme y avanzar.
—Has pasado por muchos momentos en la carrera.
—Sin dudas, hubo buenos y malos momentos, la vida transcurre entre los medios de comunicación y el mundo del periodismo deportivo, pero también tuve la posibilidad de hacer otras cosas. Es muy agradable.
—¿Te faltó hacer algo más en tu carrera?
—No porque hice de todo y con mucho cariño, he tenido satisfacciones propias, conducción de noticiero, he podido hacer teatro; y después he tenido relación con la radio siendo comentarista de fútbol durante diez años. Son etapas, pude viajar por el mundo y ver eventos importante como espectador. La vida es un aprendizaje constante.
—¿El periodismo te restó tiempo para disfrutar en familia?
—Nosotros analizamos esto, los que estamos apasionados con el periodismo, decimos que es una profesión que no tiene horarios ni días. Pero nos hemos compensado porque tengo una familia demoledora y aceptando lo que profesaba, pero también puse pasión a mis proyectos personales. Por supuesto que se sufre, pero hay una gran polenta de los que te acompañan para poder seguir. Me ha significado un desarrollo personal el poder superar un golpe como fue la muerte de mi hijo, que me obligó a redoblar esfuerzos. Me sirvió la comunicación para poder alimentar esa ilusión que tiene cada uno de hacer las cosas mejor. Además de ellos también el respaldo que tuve de mis compañeros con los que tuve la oportunidad de trabajar; y por supuesto del público.
—¿Cómo vivís el cariño de la gente?
—Yo creo que el mundo de la televisión no te permite, a veces, acceder al cariño que la gente te tiene. Yo creo que es mucho más profundo del que uno se imagina. Pude corroborar eso cuando uno hizo teatro y estar en contacto con ellos.