El humorista gráfico vuelve a la ciudad para presentar "Diego: nacido para molestar", la biografía ilustrada del astro del fútbol mundial fallecido el año pasado
Por Mario Luzuriaga
El reconocido humorista gráfico Miguel Rep presenta este miércoles en Rosario su libro titulado «Diego nacido para molestar», un homenaje a Diego Maradona publicado a pocos días de haberse cumplido el primer aniversario de la muerte del astro del fútbol mundial que enlutó a todo el mundo.
La cita será a las 19 en el Complejo Cultural Atlas (Mitre 645), y estará acompañado por la directora teatral y gestora de cultura Chiqui González y el periodista Federico Fritschi.
Previo al evento, Rep dialogó con CLG acerca de esta biografía tan especial para todos los argentinos.
—¿Por qué decidiste hacer la biografía de Diego?
—Es omnipresente, siempre estuvo. En mi caso estuvo desde mis 18 años cuando vi ese equipo que debutó en Japón durante el Mundial juvenil. A partir del apogeo del 86 siempre estuvo, era una especie de generador de belleza, molestias, maravillas y espantos. Lamentablemente el año pasado dejó de estar y lo que hacemos ahora es cómo transitar esta pérdida. Mi respuesta a este libro es celebrar la vida de un tipo único.
—¿Cuál es la clave para entender a Diego?
—Las frases son claves para entender el fenómeno de Diego sin esa sabiduría corta o latiguillos, no hay leyenda. Tiene mucho en común con Evita, porque ambos vienen de orígenes humildes para molestar a los poderosos. Son casos distintos. Yo hice el libro «Evita: nacida para molestar» y terminó ahí. Después me pidieron que haga este trabajo desde la editorial. Pero como molestos pueden venir de otros lados, por ejemplo Charly García que viene de clase media. Pero lo que sí tienen en común Evita y Diego es que ellos molestan al poder desde el poder. Charly vino a molestar las costumbres y las hipocresías; él no cambió el himno con palabras soeces. Hizo un cover que molestó a los conservadores pero solo por un tiempo.
—En el prólogo decís que a Maradona se lo juzga por su vida privada, pero que independientemente de todo nos hizo felices a los argentinos con sus hazañas.
—El hace feliz con el fútbol y sus malabares, con su sonrisa y nos puso muy triste con sus traspiés. Nunca renunció a su vida y necesitaba estar en contacto con la gente.
—Recuerdo esa «llamada del héroe» en 1993 y la pudiste reflejar en el libro.
—Es como Patoruzú, es el argentino que va a salvar a último momento a la selección. En la selección nos dio tres tristezas muy profundas, la final del 90, el doping positivo del 94 y el 0-4 ante Alemania cuando perdimos el Mundial de Sudáfrica con él como DT. Pero las alegrías que nos dio no se pueden empardar porque tienen mucha argentinidad.
—Hay retratos magníficos como por ejemplo el nacimiento que es una parodia al de Jesús.
—Ahí se lo pedí prestado a tanta religiosidad popular, y no inventé la palabra «D10S». Quise poner el pesebre, la anunciación y esos conceptos, que terminaron con un hombre crucificado por el fútbol y por sus excesos. Hay un sentido cristiano de la vida en su parte y lo puede captar.
—Hablando de imágenes fuertes, ¿qué te pasó cuando dibujaste la despedida?
—Lo pensé mucho, fue una decisión difícil, e incluso ponerle una ventana y unos árboles, le hice un favor, ya que conocemos cómo fue su deceso. No creo que sea su final, sino una despedida de la vida.