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Del Sel se alejó de la política, volvió al humor pero aconseja a Macri


Por Mario Luzuriaga

No se puede dudar de la calidad que tiene Miguel Del Sel a la hora de hacer comedia. Lo hizo en televisión, en cine y en teatro, en donde ya hace 35 años salió de gira junto a Dady Brieva y el Chino Volpato.

Una de las pasiones de Miguel es el canto y tuvo la oportunidad de hacerlo y hasta grabó un disco de música caribeña.

Luego optó por preocuparse por Santa Fe, su provincia, y fue candidato por el PRO para ser gobernador. Si bien perdió esas elecciones, al asumir Mauricio Macri a la presidencia se convirtió en embajador.

Hoy, alejado del mundo de la política, aprovecha el tiempo para estar con sus amigos de toda la vida y además hace reír función tras función al público con sus personajes.

El próximo viernes 12 de abril se presentará con Midachi en Rosario y en la previa dialogó con CLG.

—Nuevamente Rosario recibe con los brazos abiertos a Midachi.

—Vamos a estar el viernes 12 en Rosario con este festejo de los 35 años que estamos estirando. En julio vamos a cumplir los 36 y estamos disfrutando con Midachi y laburando muy bien. Tenemos muchos shows por la provincia de Buenos Aires y en Semana Santa nos vamos para Carlos Paz. Estamos volviendo a recorrer el país y ahora vamos a ir por primera vez a Barcelona y Madrid a fines de mayo.

—¿Cómo se preparan para ese viaje por España?

—La verdad que es un regalo poder ir por primera vez a España. Que nos pase esto a los 35 años es fantástico, creo que va a ser un año bueno. Es impresionante, nos pasan muy de vez en cuando, pero pasan. Como grupo hemos adquirido un respeto en muchos lugares. Uno no tiene en cuenta dónde han llegado nuestros videos, que fueron los más vendidos en su momento; los millones de espectadores que hemos tenido en teatro y televisión. Hemos hecho cine, cantado, estado en los principales programas de Argentina, junto a Mirtha, Susana y Tinelli. Cuando me pongo a ver fotos me doy cuenta de todo lo que hicimos.

—¿Qué te pasa cuando ves las fotos de los primeros shows que hacían?

—Éramos tres negritos flaquitos, era una locura, si bien estamos bien físicamente, pero hoy con 62, el Dady y el Chino ya abuelos, te das cuenta lo que hemos pasado. Éramos tres pibes, dos de ellos, el Chino y yo, profes de educación física y Dady era empleado público. Después de casi 36 años estamos en carrera y le metemos todo en cada show, con todo el corazón y transpiramos la camiseta en el escenario como pocos. No hay un grupo de humoristas que salte y que grite como lo hacemos nosotros.

—En sus funciones transmiten el cariño que tienen por el público.

—Cariño, respeto, por más que pensemos distinto, hay una amistad que está por llegar a los 40 años. Con el Chino estudiamos juntos y agregale los cuatro años de cursada. Te diría que hemos estado más tiempo juntos que con nuestra familia. Hay una relación muy importante y nos seguimos divirtiendo, si no disfrutás de lo que haces cambiá de rumbo. Y tratamos de que esos sentimientos se los podamos transmitir. Hacemos un humor popular y simple, y hacer reír nos llena el alma.

—Has trabajado también con otros grandes como Hugo Sofovich y Emilio Disi…

—Me ha tocado actuar con muchos colegas queridos de los cuales vas aprendiendo, y quizás, a lo mejor aprenden de vos luego de dejar todo con tanto corazón. Alguna pequeña huella en el humor se habrá dejado, por lo menos en la improvisación. Nosotros hemos improvisado constantemente, más allá que hay un esqueleto de guión en el espectáculo, después nos dejamos un tiempo para divertirnos y que surjan cosas de lo que pasan en la misma función. Eso lo notábamos con Emilio en Miami cuando hacíamos televisión allá; los sacábamos del libreto y no sabían para dónde agarrar y se quedaban callados. Aprendieron de nosotros a jugar sin red y es fantástico porque lo que te llegas a divertir.

—Otra de tus facetas en la que te destacás es el canto. ¿Cuándo te animaste a incursionar en la música?

—La música es mi pasión. Van a ser 36 años y nunca hubo un día para probar sonido y yo cantaba cinco salsas de Rubén Blades, Marc Anthony, Jerry Rivera, Rey Ruiz, muchas canciones que me sé. El sonidista me pone el tema y yo canto arriba, sobretodo de Blades que es mi ídolo.

—En tu estadía en Panamá mientras estabas como embajador, ¿pudiste disfrutar algún momento con la música de ese país?

—Sí pero no es tanto como uno cree. No en todos los boliches se baila salsa. Hay un lugarcito en el casco antiguo que va alguna que otra bandita a tocar. Está muy impuesto el reggaeton, no es como yo soñé. Pude ir a ver a Willy Colón, Rey Ruiz que estuvo con Luis Enrique, Gilberto Santa Rosa y José Alberto del Canario. Me permitió estar con ellos durante el tiempo que estuve en la embajada.

—Hablando de la embajada y la actividad oficial, ¿pudiste aprender la tarea de la diplomacia?

—Hay que observar mucho y ser muy respetuoso con todo. Ser como soy me permitió ganarme el corazón de todos los colegas de ese momento. Fui el embajador que más cantidad de colegas despidieron en la Nunciatura. Estaba solo en Panamá y tenía que trabajar un montón y sabía que me tenía que ir bien. Yo me fui obligado a que me vaya bien, sobretodo por todos los prejuicios que había. Creo que le puse la tapa a todos con coherencia, con alegría, observando y laburando todo el día, terminás compensando cosas que vas aprendiendo sobre la marcha.

—¿Tenés ganas de seguir incursionando en la política?

—No, ya está. Le di 6 años de mi vida y ha sido fabuloso lo que me pasó, lo que pude ayudar al cambio. Este cambio el cual sigo apostando y va a llevar muchos años. Son varios gobiernos buenos consecutivos donde la dirigencia entienda que hay que trabajar por los demás y no beneficiarse uno. La política es un negocio de la gente y no del político, donde haya transparencia.

—¿Cómo quedó tu relación con el presidente?

—Bien, me sigo comunicando con Mauricio (Macri) y le tiro algún consejo a mi manera, y al toque me responde. Es una relación de amistad.

—No puedo dejar de preguntar cómo vez a la provincia de Santa Fe.

—Santa Fe es la provincia más rica del país más allá de Buenos Aires. Tiene todo para estar mucho mejor. Siempre pasa lo mismo, vienen las campañas y empiezan las obras públicas, cuando en realidad tendrían que estar los 4 años. La provincia necesita un cambio y ojalá que pase y creo que le va a ir muy bien.