El estadounidense acusado de matar a 22 personas el pasado 3 de agosto en la ciudad texana de El Paso, fronteriza con México, dijo a la policía que su objetivo eran los «mexicanos», según un documento revelado este viernes.
Casi una semana después de esa masacre y de otra al día siguiente en Dayton (Ohio), que dejó nueve muertos, el presidente Donald Trump defendió reformas de «sentido común» sobre la venta de armas, pero generó dudas sobre sus intenciones al recalcar su apoyo a la poderosa Asociación Nacional de Rifle (NRA).
En tuits matinales señaló que los líderes del Congreso habían comenzado «discusiones serias» sobre una posible reforma de los controles previos a los compradores de armas.
«Soy el mayor defensor de la Segunda Enmienda», dijo refiriéndose al derecho constitucional de portar armas. «Pero todos debemos trabajar juntos por el bien y la seguridad de nuestro país. ¡Se pueden hacer cosas de sentido común que sean buenas para todos!», agregó.
Sin embargo, Trump confirmó haber conversado del tema con la NRA, que se opone ferozmente a cualquier regulación del mercado de armas, para que sus posturas «puedan ser representadas y respetadas plenamente».
Después del tiroteo de Parkland que dejó 17 muertos en un colegio en Florida en febrero de 2018, Trump dijo que apoyaba una propuesta de los demócratas para prohibir los fusiles de asalto, ironizando sobre el poder que tenía el lobby de las armas sobre los legisladores.
Pero luego dio marcha atrás y no desperdició ninguna oportunidad de expresar su apoyo a la NRA, que aportó cerca de 30 millones de dólares a su campaña presidencial en 2016.
Ahora el clima político parece ser otro. Trump dijo este viernes que el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, estaba «totalmente afín» a las verificaciones de antecedentes.
Incluso los partidarios «de línea dura» de las armas en el partido republicano «entienden que no queremos que gente loca, gente con enfermedades mentales, gente mala, gente peligrosa» compre armas de fuego, aseguró el mandatario a periodistas en la Casa Blanca.