Una joven mexicana salió de su trabajo el pasado 18 de mayo y tomó un taxi para ir a reunirse con unos amigos. Daniela Ramírez Ortiz desapareció luego de esa noche y su cuerpo fue hallado sin vida casi dos meses después.
Cuando subió al taxi, Daniela le dio la dirección a la que se dirigía y comenzó a hablar por WhatsApp con uno de sus amigos con los que se iba a reunir. En cierto punto del trayecto, notó que el recorrido no era el que debía y alertó a su amigo: «Creo que el taxista me quiere secuestrar. Me está llevando casi a Tres Marías».
La joven pidió ayuda en reiteradas ocasiones en sus mensajes. La conversación en cuestión duró unos 14 minutos y luego ella dejó de responder.
Cuando su mamá notó que Daniela no llegaba, fue hasta su lugar de trabajo para consultar y le dijeron lo que sabía: se subió al taxi y no la volvieron a ver. El amigo con el que había hablado por mensaje, mostró los mismos e hicieron la denuncia a la policía.
Más allá de que las pistas de su posible paradero eran bastante claras, recién el el 9 de julio cuando la Justicia ordenó inspeccionar la localidad de Parres. En ese lugar encontraron huesos, unas botas cafés y un vestido naranja. Su familia confirmó tres días después que se trataba de Daniela.