El capitán de la Selección argentina, Lionel Messi, se fue del estadio de Nizhni Novgorod sin hacer declaraciones tras la derrota 3-0 ante Croacia, por la segunda fecha del Mundial de Rusia 2018, y además escoltado por el presidente de la AFA, Claudio «Chiqui» Tapia.
Con el equipo oficial de la delegación, una mochila y las manos en los bolsillos, el capitán argentino surcó toda la zona mixta dispuesta por FIFA para que los jugadores hablen con la prensa, sin precisamente hablar con los periodistas.
Messi pasó detrás de Ever Banega y delante del resto de la delegación y si bien miró a la gran cantidad de periodistas que había en el salón, no se detuvo a hablar con ellos, ni de televisión, radio o prensa escrita.
A su lado, en la parte interna del pasillo lo acompañó el presidente de la AFA, «Chiqui» Tapia, vestido con traje azul, y quien ofició de custodio en la salida del talentoso jugador.