Por José Odisio
Por José Odisio
Messi dijo en una entrevista: «Extraño mucho Rosario», y la ilusión del hincha leproso estalló. Tal vez la frase esté enmarcada en un contexto donde el crack rosarino también aseguró estar feliz en Barcelona. Pero la posibilidad de ver a Leo con la rojinegra, aunque sea un puñado de partidos, es tan fuerte que cualquier señal, aunque sea mínima, enciende la esperanza.
Esta vez las declaraciones de Messi pegaron más fuerte en el contexto nacional. La prensa porteña le dedicó espacios importantes e incluso algunos aventuraron que vendría en junio, algo demasiado improbable. No hubo fabuleros que digan que es hincha de River, ni que quiere que lo dirija Gallardo. Esta vez Newell’s apareció como la opción válida (y única), pero se mencionaron los beneficios que la llegada de Messi le traería a la AFA y al fútbol argentino. Ya no se menciona de costado como el sueño imposible de Newell’s. Ahora se involucra a AFA, lo que podría ser de ayuda si Leo realmente analiza seriamente jugar en el Parque pronto.
A favor de esta locura, que no deja de ser una utopía con un fuerte sustento sentimental, Barcelona hace todo lo posible para incomodar a Messi. El Director Deportivo insinuó públicamente que le los referentes le «hicieron la camita» al ex DT Valverde, y ahora trascendió que el club contrató al llamado «señor de los trolls» para hostigar a Messi y otros referentes en distintos momentos de los últimos años, en el caso del rosarino, cuando demoraba la firma de su contrato.
Ya con los pies sobre la tierra, la posibilidad de ver a Messi con la casaca leprosa siempre estará. El propio jugador lo manifestó varias veces. Y está claro que si sucede, Newell’s y el fútbol argentino sufrirán un sacudón imposible de medir desde lo económico, lo organizativo y principalmente en lo emotivo. ¿Será posible?